miércoles, 30 de marzo de 2011

VERANO

¡Vaya, es un poco descorazonador! Ya sabía que me leíais pocos, pero tan pocos... en fin, así son las cosas.
En cualquier caso aquí dejo otro pequeño poema de la serie "Pinceladas" y propongo de nuevo el reto: ¿Qué hay en la construcción de este poema y del anterior, que les otorga la categoría de "curiosos" (o "raros, o "distintos" o.... ¡yo que sé!, pero es algo que "no tienen", y por eso mismo pueden llamar la atención (o no, visto lo visto).
¡Ánimo que no es difícil!


Paja -y trigo-
y olores de alfalfa
adormecida.
Colores de verano, y risa
entre las piedras
de los ríos, en el agua fría,
tras el aire nuevo
sin miedo a las tormentas,
tan rubio como un sueño
tan libre y niño
como esa cometa
de tus altos vuelos.


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lunes, 28 de marzo de 2011

PRIMER DÍA DE ESCUELA

Notas:
Este poema se lo quiero dedicar a Laura Caro, pues al entrar en su blog me he encontrado con otro de idéntico título. Nuestro primer día de escuela, el de todos, es nuestro primer día importante.

En segundo lugar, comentaros que este poemita forma parte de una serie a la que llamé "Pinceladas". Cada uno de ellos comparte varias características, pero sobre todo una curiosidad desde el punto de vista formal y constructivo. Os propongo, como juego, que intentéis descubrir ese "detalle" curioso en su concepción. Creo que es bastante fácil de ver, pero a lo mejor no tanto...Si en este no lo encontráis seguiré subiendo poemas de la serie hasta que alguien dé con el "misterio".
¡Venga, animaos e intentadlo!



Sueño y olor a pan tostado;
la calle arriba, el aire nuevo
de mi mano entre tu prisa.

Algarabía de mocos y pañuelos, ojos enormes
con el susto de lo inmenso.

Pintura fresca por las escaleras,
las filas de mil rayas como batas.
Rostros asombrados,
risas a mantequilla y entre los miedos,
miedo.

El cuaderno blanco de renglones blancos,
los lapiceros, un sacapuntas,
y la tabla del pupitre
fría
bajo los muslos mudos
donde aquél tierno bosque de palotes.



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jueves, 24 de marzo de 2011

CARACOLEOS

Hoy tengo el cuerpo infantil, así que toca cuento. Confío en que os guste

¡Qué duro es ser caracol!

Ya llovió; yo salgo de paseito,
andando tan despacito
como avanza un caracol.

Me desplazo entre las ramas
bordeo por las ventanas
y escalo ese macetón.

¡Que duro es ser caracol!

Regreso bien comidito
dejando rastro de plata
pues se acerca un nubarrón.

¡Que duro es ser caracol!

Ya se acaba la mañana,
noto el fragor de unos pasos,
siento una sombra lejana...
¡...y recibo un pisotón!.

¡Que duro es ser caracol
entre tanta prisa humana!



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sábado, 5 de marzo de 2011

EL DERRIBO

.
Con un llanto de cascotes torrenciales,
el viejo caserón donde guardaba mis esquinas infantiles,

-intactas bajo tres asombros nuevos
de adoquines, meriendas y fantasmas-

humillado por diez golpes y un gesto de dolor dormido
-como César ante Bruto en la escalera-
ha tapado su agonía entre estertores,
y con la tos azul del viejo fumador que lo vivía
se ha rendido de una vez al miedo
en su duelo privado
de andamios rojos y piquetas

Como aquellas ballenas varadas de presagios,
por sus huecos-poros suspira los últimos vapores,
-polvo al polvo y todo nube-
elevándose hasta el cielo la huella gris ahumada
que resume en una sombra
la fuga sugerente de su magia contenida.

Tras los despojos se adivinan risas y juegos perdidos,
días temblorosos de placer, o miedo,
-todo mezclado al olor de mesas rancias-
flotando un hambre sin mañanas.

Noches estudiadas con luz de velas ateridas,
una lámina de tedio escarchando las ventanas;
rumor de gatos pardos, llantos neonatos o agonías,
fiestas de satén y brillo en los bordados ojos
de las vestales muertas
-hoy ya estatuas-
yacentes en mármoles antiguos y quebrados,
rotos como sus huesos mudos,
como estas palabras abatidas
por la punzante idea que penetra
con certeza clara, la naciente constancia
de la huída de los tiempos idos
-otrora amables-

                                  y el arribo imparablemente lento de la nada.



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