domingo, 30 de noviembre de 2014

Hoy toca infantil. Va una NANA














NANA

Un pájaro lleva en el pico
una espiga muy grande,
parece trigo.

La abeja trajo su miel,
voló hasta un nido,
la dejó en él.

Con el trigo y con la miel
te haré papilla:
si le añado más leche
saldrá pastel.

Nanas de trigo, nanas de miel,
flor de rocío mi churumbel.

Cómetelo todo mi niño;
no tardes mucho
que viene el frío.

Tu madre ya está en el lecho,
ponte al abrigo
busca su pecho.

Nanas de noche, nanas de frío,
te las susurro junto al oído.

Duérmete pronto en la cuna
que luego saldrá la Luna
muerta de hambre.

Nanas de sueño, nanas morunas
te las canta tu padre
mientras te acuna.

Colgada de su alambre
la Luna baja,
tan elegante…
… y a los niños que no duermen
se los merienda
la muy tunante.

La nana, nana, suena en el aire…
….ya mi niño se duerme
sin que se acabe…




viernes, 28 de noviembre de 2014

Hollín (homenaje a todos aquellos niños)



HOLLÍN

León es rubio y ceniza,
cerveza de Praga.

También es serio,
ahora.

León cree que tiene diez años,
aunque sus ojos cuentan más.

León cuida de Arthur,
limpia las botas de Arthur,
prepara el uniforme de Arthur.

Es bueno Arthur,
y fuerte.

A los niños les gustan los hombres fuertes.

Arthur le trae golosinas por las noches,
cuando le acaricia el pelo, cuando le mira.

León no llora.
Nunca.
Las lágrimas que surcan son por el hollín.

Siempre hay hollín en Birkenau, siempre

Se lo contará a sus padres,
algún día,
algún día.

El 19 de enero de 1945
en Birkenau,
León ya no pudo llorar más


-y el aire siguió sudando hollín-


martes, 25 de noviembre de 2014

Otro microrrelato: "Volaré"



Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión… Fue entonces cuando con el lento ronroneo de las hélices se abrió su entendimiento abotargado y desde una lágrima, perfilada entre la emoción y la pena, recordó a aquella morochita de la 31 que juraba muy seria: “¡De mayor volaré por los cielos! Y todos se burlaban: Eso no es para vos, negra, esas son cosas de ricos”.
¡La pucha…!, y vino a ser cierto, pero no como ella soñaba. Luego, cuando el milico la empujó hacia el abismo, cerró los ojos y se dejó mecer entre los vientos.
Al oeste, todavía oscuro, se intuía el resplandor de Buenos Aires.


domingo, 23 de noviembre de 2014

Antes del tiempo



Cuando el universo era y no era
ese punto que de tanto pesar
nada ocupaba
y el tiempo era tan joven
que por pasar nunca pasaba,
Tú y Yo ya éramos Nosotros.

Cuando el mundo era tan nuevo
que no era
Nosotros tejíamos futuros y poemas
ocultando primaveras en tu vientre.

Cuando la Tierra ya no sea
y sea tierra,
de amor seguiremos siendo juntos
…dura piedra.



sábado, 15 de noviembre de 2014

Algunos microrelatos


Hola de nuevo. No hace mucho descubrí una propuesta literaria en el programa de la Cadena Ser "La Ventana". Consiste en escribir un microrelato semanal con un máximo de 100 palabras. El texto debe empezar con la frase final del ganador de la semana anterior. Es una divertida propuesta. Aquí os dejo algunos, ya iré añadiéndo más. Espero que os gusten.


MENÚ (nota: En esta ocasión también era obligatorio el tema, pues el programa estaba dedicado al hambre en el mundo)

Recluida en el pozo seco, pronto se callará: Siempre lo hacen.

- ¡Milo!...

El niño se despide en silencio de su valiosa prisionera, cierra con cuidado la trampilla y acude junto a la madre. Al salir del descampado cruzan, esquivando coches, una luminosa avenida escoltada por varios rascacielos. Cuando llegan a la altura del restaurante -ese lugar preñado de aromas al que nunca entran- Milo silabea un cartelón: “Po-llo al a-ji-llo 4 €”. Entonces sonríe y no lo duda…

- “Sí, al ajillo estará buena. Al fin y al cabo las ratas también tienen muslos”.


El Tren


Pero ya nada sería igual ni el mundo el mismo. Tal vez si aquella mujer hubiera accedido cuando el niño insistió de nuevo…
- No puede ser, Adi, es demasiado caro.
- Pero Ludwig sí puede. ¡Mírale, él consigue todo lo que quiere!...
…sólo el tren, mamá, ¡te lo juro! Ya no pediré nada más.
- No…
- Pero… pero… ¿por qué?
- ¿No te das cuenta de que ellos son ricos, ricos judíos de Viena y nosotros no?
Y con esas palabras Klara Hitler dio por zanjado el asunto.

Mientras se alejaban del escaparate, en lo más recóndito del lloroso Adolfo algo cambió para siempre.