viernes, 27 de febrero de 2015

¡¡¡Por fín: Aquí está el desenlace, desanudamiento o como queráis llamarlo del intrigante relato: LA TELARAÑA.....
















LA TELARAÑA (2ª PARTE)

“Así es, (si así os parece)” L. Pirandello


3.IRENE


Desde el teléfono se asoma, sin sorpresa, un mensaje rechazando la llamada. Irene, violenta, lo despanzurra contra el suelo. Necesita hablar con él, necesita dinero y –aunque ni ella misma lo sepa- necesita sentir que hay alguien en el universo a quien le importe, más allá de una madre adicta e indolente.

Tumbada sobre la cama, se enciende un cigarrillo de marihuana. El ritmo mágico de las volutas de humo la relajan y comienza a repasar los paisajes de aquel día indecente: La expulsión del instituto (otra más), el sexo rápido y brutal con los chicos “malos” del descampado por conseguir algo de “hierba” y sus hirientes burlas, el regreso a un hogar imposible donde la madre dormita sobre una cama deshecha con la jeringa colgada aún en su antebrazo, la nevera vacía y el asco -sobre todo el asco- hacia sí misma. Entonces llora, como cuando era niña, como nunca se permitirá hacerlo ante nadie.

Algo más tarde decide acercarse a casa de Juan. Él tiene conexión y, más o menos, la trata con respeto. Allí, en Tuenty, se encuentra con el entorno ideal que tantas veces ha imaginado: amigos generosos que le ofrecen su amistad, niñas con familias cariñosas y estables que la consideran una más, bromas, fotos, canciones de moda, los amores secretos… todo el entorno de una adolescente feliz. Luego, cuando comprueba que es la hora, selecciona la Web del foro: “e-darling” y busca ansiosa la presencia de “Abel” en el listado de miembros conectados. Rápidamente le solicita un “privado” y comienzan su conversación.

Abel: “¿Qué tal estás, gatita?
Irene: “Bien… te echaba de menos…”
Abel: “Pues aquí me tienes para hacerte feliz. ¿Qué llevas puesto hoy?”
Irene: “El conjunto negro con puntillas que tanto te gusta. ¿Me lo quitarás muy despacio…?”
Abel: “Desde luego, muyyyy lentamente, con un escalofrío entre las piernas, para que esos pezoncitos se afilen como navajas…”
Irene: “Abel…, ¿tú me quieres?”
Abel: “Claro gatita, claro que te quiero…, pero sigamos con lo nuestro….”
Irene: “Sí mi amor, como tú digas…”

Irene miente sobre su verdadera edad pues busca desesperadamente la compañía de hombres maduros. Hombres que le aporten un respeto del que ella misma carece y la protección y la seguridad que nunca ha conocido. Hombres -y no niñatos- que la amen por cómo es, que aprecien su interior y la transporten a un mundo que solo ha intuido en sueños. En definitiva, hombres como hubiera querido que fuera ese padre evanescente que siempre la ha rechazado. Pero Irene todavía no ha descubierto que los hombres son demasiado simples para comprenderla…

4.ANTONIO

Antonio Cañadas apaga pensativo el ordenador. Tras un rato de estupor, que abandona con un golpe de cabeza, sale presuroso para cumplir con sus obligaciones.

Mientras camina, reflexiona sobre la providencia divina. Gracias a las nuevas tecnologías, Dios ha puesto entre sus manos una herramienta capaz de dar cauce a sus inquietudes sexuales –aceptadamente limitadas- y que, además, le permite encontrarse con las debilidades humanas en un círculo virtual e inocente ajeno al concepto de pecado –no en vano “virtual” deriva de “virtud”-. Bien es cierto que habrá quien no esté de acuerdo con él, pero eso son disquisiciones bizantinas dignas de mejor propósito.

Él sabe que de la mano de Internet ha conseguido profundizar en todos los rincones del entendimiento, incluso en aquellos que se ocultan a nuestra propia consciencia. Porque Antonio se maneja con soltura en este nuevo entorno digital y mantiene un amplio círculo de relaciones a través de varias páginas de contactos. Mediante diversos avatares que ha construido con sutileza –“Petrarca”, “Donatien”, “Abel” y otros más- no hay aspecto del amor terrenal o la pasión humana -sin límites, ni cortapisas morales- que escape a su análisis. Y con ello ha mejorado sensiblemente la capacidad para atender y comprender los infinitos matices que aportan a diario sus “clientes”, incluso las motivaciones más ocultas, de tal manera que su misión resulta fortalecida pues consigue dar respuesta y alivio espiritual a la mayoría.

Antonio pasa presuroso frente al altar y se santigua. Observa que ya hay varias personas haciendo fila junto al confesionario –su buena fama se extiende-.

Mosén Antonio, cura párroco de San Nicolás -la mejor parroquia de la ciudad-, se dispone a administrar el sacramento. Ese día advierte la presencia de una chica sudamericana con ojos rasgados y pelo infinito, de un hombre cetrino de gesto adusto y de una adolescente demasiado triste para su edad. Ya los recuerda de otras ocasiones pues, extrañamente, siente hacia el trío, sin entender por qué, una emoción íntima y casi sensual que lo turba, como si tuviera con ellos algún vínculo secreto más allá de la Fe.
Durante un instante inmenso recuerda sus “aventuras” en Internet y sonríe para sí… ¡ay, si sus feligreses supieran…!
Una vez serenado, comienza con recogimiento otra nueva función:

- “Ave María purísima….”





***FINAL***

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jueves, 26 de febrero de 2015

RELATOS EN PORCIONES. Hoy pongo la primera parte de un relato sobre las relaciones en Internet. ¿Virtualidad o virtuosismo?


LA TELARAÑA (1ª PARTE)

“Así es, (si así os parece)”
L. Pirandello



1. SANDRA

Petrarca: ¿Cuándo tu mirada se olvidará de serlo para hacerse caricia y tal vez emoción, y luego más, acaso mucho más, que un mismo anhelo?”
Laura: “¡Ayyy, qué cosas tan lindas me anda diciendo! Son como cosquillitas que sonríen en lo tierno y me sofocan. No sea usted malo que ya no tengo edad para estos arrebatos…”
Petrarca: “Pero Laura, este amor nuestro no tiene tiempo, ni aun lugar: Todo nos queda corto y cada palabra urdida es otro escalón hacia el Edén…”
Laura: “Bueno, ahorita debo retirarme, pues me reclaman (ya sabe usted cómo se ponen los nietos…). ¿Mañana le espero a la misma hora?...”
Petrarca: “Seguro; aquí me encontrará, esclavo de su compañía.…”
Laura: “Chau…”
Petrarca: “Adiós, mi bien, adiós…”
Sandra María Avendaño desconecta con delicadeza el computador. Con delicadeza y un deje de nostalgia en su intención.
A través de la puerta siente el azote agrio de un llamado: -“¡Vicky, ven de una vez que hay faena!..”-. Termina de retocarse frente al espejo y sale apresurada hacia la sala.
Mientras baja recuerda cuando allá, en Cerro la Victoria, junto al Alto Paraguay, su abuelo la llevaba paseando por los galpones abandonados de la industria taninera. Todavía aguantaba en pié la mansión del propietario con esos salones inmensos de espejos rotos donde se escondía el recuerdo de antiguos bailes de satén y galanura, las puestas de largo de las niñas debutantes y tantos secretos enterrados bajo parterres de madreselva… Acunada por la voz terrosa de su abuelo, Sandra se desliza sobre mármoles quebrados, danzarina atrapada en el pasado… ¡Cómo imaginar que terminaría así, de puta -no hay otra palabra que mejor se ajuste- en un rincón perdido de España!
Hastiada de su realidad, evoca el día feliz en que descubrió esta Web de contactos, “Amor sereno”, y se atrevió a registrarse. Aquí ha encontrado verdaderos caballeros investidos con el lejano señorío que tanto admiró en su abuelo. Estos hombres, sobra decirlo, ya no cumplirán los sesenta, pero no piden nada a cambio más que cariño y sugerencia. Son discretos y respetuosos - ¡qué diferencia con sus clientes!-
De todos ellos, “Petrarca” es su preferido, pues además de sutil y elegante, nunca propone un encuentro real –imposible del todo-, y más que nada hablan de su unión como algo meramente ideal. “Petrarca” es engolado en exceso, casi medieval con sus aires de poeta, pero para ella, rodeada de sordidez, resulta ser el bálsamo que le permite mantener alguna fe en la humanidad. En definitiva, esta relación funciona como un salvavidas al que se aferrará hasta que llegue el ansiado retorno a su ciudad natal, donde suspira por una vejez tranquila frente al Chaco inmenso y silencioso.
Pero por ahora tan sólo es “Vicky”, la chica de enormes ojos rasgados, melena negra inacabable y mirada enigmática que causa sensación en el…

Club “Las damas”
Ctra nal. 323, Km 25,400.
Compañía selecta.

Visa, American Express.


Vicky entra al salón y observa la escasa -y no tan selecta- clientela. Se decide por un sudoroso hombre de edad indefinible que la observa, libidinoso, desde la barra… Según se acerca a él con un gesto a medio camino entre el asco y el aburrimiento se cruza con “Joe”, su jefe…

2. JOE

Joe escruta impaciente la desganada irrupción de Vicky al local, la hiere con una mirada amenazante y comprueba que, por fin, todo está en orden. Consulta el reloj y se escabulle sigiloso en un pequeño cubículo que cumple lo mismo las funciones de oficina, sala de visitas o dormitorio.
Joe en realidad se llama José, según consta en su amplia ficha policial:
“José Barreda Sánchez, nacido el 13/11/1958 en Mondoñedo (Lugo). Estatura: 175 cms, color de ojos: Verdes. Pelo: negro y rizado. Señas particulares: cicatrices en ambas muñecas. Profesión: Desconocida. Actividad: Proxenetismo. Calificación: Muy peligroso…”

Cree que su apodo “Joe” –y una falta absoluta de escrúpulos- le otorgan la dosis de misterio que necesita para ganarse el respeto imprescindible en este mundo hampón donde se inició de niño, primero al contrabando, después con las drogas, luego… lo que fuera para conseguir dinero fácil.
“Joe” admite que de ese ambiente no se sale, al menos no se sale entero. Él, que se desenvuelve con soltura en su papel de matón, encierra en su interior la mayor de las paradojas: en lo más recóndito de su alma se reconoce mujer -una hembra de bandera- y hubiera soñado con trabajar de “vedette” en cualquier Cabaret. Adora los vestidos largos de lamé y las boas, y las plumas de marabú, y las lentejuelas… Tal vez por eso es aún más cruel de lo necesario con las chicas que tiene a su cargo en el club, aquellos bellezones insípidos que tanto envidia… pero claro, él tiene que ser un hombre fuerte, el más macho, el más fiero... ¡iba a durar dos telediarios si cualquiera conociese su secreto!
Una vez seguro de su intimidad, abre la página de la Web “Sado”, teclea su nombre de guerra “Justine” –eso es lo mejor que tiene Internet: puedes ser quien desees-, introduce su clave… y accede al único lugar donde no tiene que mantener alta la guardia, donde es aceptada como una mujer verdadera, con todas sus fantasías reprimidas y todos sus deseos.
Chatea con diversos “partenaires”, aunque con quien más disfruta es con “Donatien”. Él sí que la comprende y le da lo que necesita:

Donatien: “Arrodíllate, perra, lame el suelo, azótate las nalgas, bébete mi orina y ábrete sumisa….”
Justine: “Haré todo lo que pidas. Soy mala, castígame, lo merezco …”

La conversación sigue en ese tono, y con otros matices aún más procaces, durante un buen rato. “Justine” precisa sentirse dominada, despreciada, herida. Acaso para dar salida a tanta frustración producida por su absurda realidad. Porque él, el castigador impenitente de ojos muertos y decisiones brutales, expresa una feminidad mal entendida -basada en la sumisión-, un ansia expiatoria y permanente de dominio y humillación. Y “Donatien” adivina perfectamente qué teclas y resortes manejar para liberar ese espíritu doliente.
Sabe que jamás podrán conocerse, que todo se quedará en el espacio indefinido de la red, pero también entiende que las emociones nacidas sobre su cuerpo son tan reales como el sudor que ahora se desliza desde sus pezones retorcidos hasta un excesivo miembro erecto.
Terminado su éxtasis diario, “Joe” vuelve a la sala para vigilar la buena marcha del negocio. Justo entonces siente vibrar algo en su interior, y no es precisamente un sentimiento, sino el maldito teléfono móvil con su habitual inoportunidad. Comprueba que se trata de Irene, una adolescente irascible e irritante de la que supuestamente es el padre –extremo que él pone en duda-. Con un movimiento de fastidio rechaza la llamada y sigue indiferente su camino hacia el salón del club...



***continuará***


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miércoles, 25 de febrero de 2015

Miércoles artístico y genial....




Avda. Alfonso Molina (Coruña). Óleo de Pedro de Juana



***

lunes, 23 de febrero de 2015

El amor, el desamor... todo tiene cabida en poesía....


















ATRAVIESO EMOCIONES


Atravieso emociones
con la puntualidad difusa
de un paisaje encogido en marcha
por el tren

y ahora debo odiarte como una teoría.

No será distinto de otras veces
ni habrá miradas fiebre por mi boca
yuxtapuesta.

Seguiremos cordiales con las manos,
convenientemente amables,
atentos, comedidos.

Tal vez sea este estado boquiabierto
de peces sirena
el que nos hace felices
sin hablar de amor...

...sólo de muebles.

***

domingo, 22 de febrero de 2015

Hoy no he traído un cuento sino un divertido microrrelato... a ver si os saco alguna sonrisa...


















¡FIAT!

A Newton le inspiró una manzana. Lo mío también ha sido prodigioso. Siempre estuvo ahí, tan evidente en su sencillez que no me explico cómo me ha pasado desapercibido todo este tiempo: Durante la cena, mi hermano exige ¡pan! y el pan aparece instantáneo; mi padre exclama ¡agua!, y el agua inunda su vaso… ¿por qué no lo vi antes? era una simple cuestión de Fe… por lo que, emulando a Yaveh en la creación, me levanto y con firmeza ordeno:

¡¡ FERRARI !!...

… e inmediatamente mi madre me endosa un pescozón y una advertencia:

¡calla “pesao”, tú siempre con tus tonterías!


***

sábado, 21 de febrero de 2015

Más poesía, más misterio, más amor...


















ESTA NOCHE, QUIZÁS



Y es esta noche la que tendremos
por detrás, real y enorme, hasta encontrar
quizás lo que nos une, lo que responde.

En esta noche de humanidad cuando me miras
veo la Luna,
su pedestal,
y un apagón de luz nos hace amigos sin hablar.

Cuentos de brujas, la pubertad,
caballos de cartón saltando alambres,
jinetes sin domar, alas de espuma y a volar
los días de almohadón, las luchas que vendrán.

En esta noche de agua y ron, seremos dos
y todos juntos seremos rabia y mucho más.


***

jueves, 19 de febrero de 2015

Más poesía, más amor, más vida. Subo de nuevo un poema que me gusta y que quiero compartir.



HAY ALGO

Hay algo que te aprieta
y me salpica,

y de ahogos me detiene.

Son tantas las bandadas emigradas,
tantos los dientes desgastados
en cada una de nuestras miradas adivinas,
tantos escombros tiernos
cubriendo los abrojos.

Y te aprendí secreta sin nada que cambiarte,
guardada para adentro, casi escondida;

esas fueron las primeras siembras
sobre tus ramos de silencio,
como surcos abiertos entre llamas,
promesa sugerida y paciente.

Así escogí querer,
                                      con tus rincones.

Ya sé que cualquier día
derramarás toda la piedra que te ocupa
de escorpiones y de ojeras,
que me caerás con besos a las manos,
con daño retrasado, puntiaguda, herido
de ambos labios fuertes.

Así acepté seguirte.

Hay algo que te cierra
                                      y nos construye

                                      y a ratos, me soportas.

***

miércoles, 18 de febrero de 2015

martes, 17 de febrero de 2015

Hoy quiero cambiar de registro, que llevo unos días tristes y pasarme a la otra parte: Al amor. Aquí un poema amoroso, casi erótico...














MUJER LEJANA


Tú, mujer lejana, mujer
que nunca estuviste entre mis brazos
que nunca abriste para mi los labios,
mujer altiva, esfinge y garra protegida,
¿negarás ahora tu entrega a mi mirada,
mirada larga, y de tan larga recorrida
hasta tu ombligo y más, y más abajo
la punzada, sobresalto, beso amordazado,
y al fin grito sordo y encogido?.

Lo negarás tres y nueve veces tres
antes del alba,
lo negarás ante el altar divino,
lo negarán tu cuerpo y tu palabra,
lo negaremos juntos:
Tú en el lecho, a tu marido,
y yo, soñando aquí contigo.



***

lunes, 16 de febrero de 2015

Hoy seguimos en el circo, pero esta vez... recordando que debemos conocer nuestras capacidades reales.... porque si no....





















APUESTA


Se dirige a la jaula de los leones para demostrarle cuánto se equivoca. Montini, observa desde fuera y, con una sonrisa escéptica, pulsa el cronómetro: veinte… treinta segundos… ohhh ¡imbecille! se lamenta, ¡ni siquiera un minuto…!
¿Y ahora a quién le pago la apuesta?




***

domingo, 15 de febrero de 2015

Ta, ta, ta ¡CHAN! : Ya está aquí el cuento del domingo. No se crean los abusones que todo el monte es orégano....






EL RATÓN ABUSÓN


El ratón Ramón
es muy elegante.
Vive en el Zoo
junto al elefante.

El ratón Ramón
se cree un gigante:
Asustó al vecino,
le robó un guisante.

El pobre elefante
sufrió un sofocón
¡cuanto se rieron
todos en el Zoo!

Habló con su amigo
el señor León;
le explicó dolido;
el ratón Ramón, es un abusón.

Quédate conmigo
le dijo el león,
le daré al listillo
su medicación.

Salió don Ramón
a buscar guisantes
pero se encontró
unos dientes grandes.

Del susto tan gordo
que el ratón llevó
casi se nos muere
sin decir adiós.

Le dijo el León:
Aprende tunante
esta gran lección;
no abuses del miedo
de tus semejantes,
pues habrá otros muchos
que te den capón.


***

viernes, 13 de febrero de 2015

Y repasando y repasando... me reencuentro con muchas cosas... Tuve una infancia feliz, lo reconozco, pues eramos muchos y la casa era un alboroto. Aquí dejo un poema que dediqué a la infancia y a mis hermanos... (ya veréis qué majos estamos en la foto)




ASÍ, CRECIENDO...


Me miro en estas fotos blanquiviejas
y de ellas me mira aquel niño
que yo era; sus ojos son susurros…
volviera a ver ayer si los oyera:

Si oyera lo que vi cuando crecía
sería olor a luz y risas en la piel
aquello que sintiera.
Si miro tras de mí veo la niebla
creciendo sin espera tan
adentro,
que apenas son destellos que resisten
contratiempo,
espuma rota sobre restos de marea.

Es un destello a ruedas, sabor de sal
y sueño en vela, coche gris
durmiendo a casa en noche de cristal,
calor de hermano, boca y oreja…
Es el pasillo largo,
son brazos que me alzan en lo alto,
triciclos y fresquera, sábados de baño
-¡que grande la bañera!-.

Es sarampión, paseos por el Prado,
-¡abuelo quiero un polo!-, cacao
y porras, mañana dominguera,
misa de dos, el gorro que detesto
un lazo que me aprieta, vermú,
croquetas, pollo guisado, bombones
como helados, tardes de fiesta, paseos
por La Elipa hasta los descampados,
tan lejanos, que eran de otra Tierra.

Así creciendo llegamos a literas
a cuadernos de palotes, recreos
por la Luna vestida de maestra;
veranos de safari con brújula
en las manos volante de relleno
y negro coche negro americano.

Hotel de cinco estrellas ya crecidas:
Se fueron de paseo a la alameda,
llegáronse a la orilla de la playa,
(rumor de ola y barquillo)
se entraron en el mar…
… allí dejaron sus quimeras.

Y aquí me quedo, que por seguir
me voy donde no quiero
pues así, creciendo, se llega
hasta la vida…
…perdidas las sorpresas.



***

jueves, 12 de febrero de 2015

Todos conocemos personas más preocupadas en fastidiar las vidas ajenas que de vivir las propias. Todo tiene su porqué, pero a veces pasa lo que pasa y se lo tienen merecido.... (un divertido relato basado en la vida real)























PELOTAS



A Eleuterio Galán nunca le gustaron las pelotas. Ni los niños, ni sus risas… acaso porque él no fue feliz cuando tocaba.
Si tuviéramos que explicar la infancia de Galán, la palabra “desdichada” se nos quedaría corta. Era Eleuterín silente y esquinado, de esos niños entecos y piernicurvos, huérfanos de cualquier habilidad social y tan proclives a recibir las burlas de los demás, como si con un imán interior las atrajesen; o dicho de otra manera y en castizo: era el “capacico de las hostias”. Además a todo este despropósito se añadía su única virtud: La inoportunidad. Tenía nuestro mocoso la insana costumbre de asomar en el peor de los momentos: Si rompían un cristal jugando al fútbol, todos escapaban a tiempo, menos él, tan despistado… o si un maestro ordenaba silencio, siempre quedaba su voz en el aire, portadora de una última palabra fatal –fatal para él claro, que sus compañeros bien que se divertían con sus desdichas-.
Naturalmente, su autoestima era un ente imaginario, como los Reyes Magos o Superman. En cuanto al físico… ya apuntamos algo sobre esa esmirriada anatomía. Los niños asumen con naturalidad la ley del más fuerte, y la aplican con abundancia generosa. Imaginaos el resultado de tal práctica sobre su endeble organismo: Todo él era una sucesión de moratones, rasguños y magulladuras varias.
Eleuterio no era inteligente -tampoco en eso la providencia fue generosa con él-, pero sí rencoroso y tozudo. A trancas y barrancas fue pasando los cursos, más por el poco entusiasmo que despertaba en los profesores la perspectiva de soportarle otro año que por méritos propios.
Lo cierto es que tantos golpes y tantas humillaciones acumuladas, le indujeron a tomar medidas paliativas, y como solución se le ocurrió apuntarse en secreto a un gimnasio culturista, de esos que se anunciaban mediante asombrosas fotografías en blanco y negro de hombres musculados con deslumbrantes sonrisas falsas. Y sí, a base de sudor y lágrimas –sin perjuicio de lo que ayudaron la edad y sus hormonas-, lo consiguió: supo labrarse un cuerpo envidiable, repleto de morcillas y cuadraditos.
Lamentablemente para él, a esas alturas –había alcanzado los 21 años- ya no estaba en la escuela, ni nadie de los de su entorno mostraba demasiado interés en pelearse, pues andaban todos más atentos a las chicas, los bailes y otras salsas. Asomaba de nuevo su extemporaneidad y los deseos de venganza debieron posponerse.
Ahora el reto consistía en manejarse en el sutil mundo del flirteo. Huérfano de cualquier experiencia en ese terreno -que demasiadas horas había tenido que invertir en el gimnasio- sus repetidos fracasos amorosos fueron de escándalo pues así como quien dice, “se le había pasado el arroz” y la “bola” que alimentaba su frustrada personalidad, siguió creciendo.

Llegados a este punto, daremos un salto en nuestra historia para encontrarnos a Eleuterio Galán ya entrado en ese monumento indefinido que llamamos madurez. Se había malcasado con una mujer irritante y perversa -era la única que quedó libre en su exiguo mercado sentimental- que tenía la capacidad de elevar el sentimiento de amargura a la categoría de maravilloso. Por aquella época se había empleado en la pescadería de un conocido supermercado. Allí, su limitado intelecto quedaba compensado sobradamente por aquella fuerza física que con tanto tesón había conseguido, y era muy apreciada su destreza para cargar y descargar las cajas más pesadas. Luego, frente al mostrador, exhibía una exquisita habilidad en tajar, abrir, lonchear, rebanar y limpiar cabezas, colas y tripas -cuanto más grandes mejor- como si con cada golpe aliviara la rabia acumulada por años de desprecios.
Este trabajo no estaba demasiado bien remunerado, pero a base de esfuerzo, ahorro y alguna ayuda familiar, Galán y su esposa consiguieron entregar la señal que les acreditaba como propietarios, mediante la consabida hipoteca vitalicia, de un bonito piso a estrenar en la mejor zona de un moderno barrio del extrarradio. El bloque contaba además con un precioso jardín y ¡hasta con piscina comunitaria! Aquello suponía –según su mentalidad simplista- ascender de golpe cinco peldaños en una escala social tan imaginaria en su cacumen como inexistente en la realidad.
Estas nuevas urbanizaciones solían habitarse, en su mayor parte, por jóvenes parejas muy predispuestas a ampliar el censo electoral, de manera que en pocos años el edificio duplicó sobradamente su número de ocupantes, especialmente el de mamones. Aquella etapa fue llevadera, pese a que para pagar la maldita carga hipotecaria, Eleuterio hubiera de doblar turno repetidamente, e incluso pese a su mujer, que cada vez se mostraba más impertinente con él –acusándole a voz en grito de impotente y fracasado-. Con eso y todo, Eleuterio no sentía ningún recato en pasearse por el jardín durante la temporada de piscina luciendo una tanga cuidadosamente escasa y pensada para que se pudieran apreciar cumplidamente todos los relieves de su anatomía otrora perfecta y ya camino de la decadencia. Le encantaba sentir los cuchicheos de admiración que despertaba a su paso, especialmente entre las féminas (en un discreto aparte habremos de confesar que Eleuterio no tenía la capacidad suficiente para discernir entre el asombro, la sorna y la rechifla, aunque este detalle no se lo explicaremos, que bastante lleva el pobre con lo suyo).
Pero el mundo es cambiante y los niños tienen la perversa costumbre de crecer, y con sus largas piernas aparecieron también un sinfín de ruidosos juegos, aliñados con jubilosas manifestaciones de exaltación vital. Llegó el momento en que toda aquella caterva de enanos, estaba más cerca del bigote que del sonajero y aprovechaban las vacaciones para disfrutarlas con reuniones interminables en ese jardín del que tanto presumía Galán cuando recibía visitas.
Por supuesto, estas efusiones no eran mudas y nuestro protagonista, que madrugaba lo suyo, sufría en sus carnes -más bien en su ligero sueño- tanta alegría puberescente.
Tras diversas quejas e insistentes reuniones -promovidas por nuestro héroe-, con el administrador y resto de vecinos, se determinó que, en lo sucesivo, la utilización del jardín quedaría limitada desde las once de la noche, prohibiéndose todo tipo de actividades ruidosas. Mas una cosa es predicar y otra dar trigo, y nuestros jovencitos no se sintieron aludidos por semejante normativa; y aunque sus papás les advertían de la conveniencia por respetar lo acordado, apenas obedecían, acaso llevados por ese gusto en llevar la contraria con que se nutren las primeras muestras de independencia.
Lo cierto es que este “jaleillo” nocturno molestaba sobremanera a Eleuterio, obligado como estaba a levantarse más pronto de lo recomendable, y fue la causa directa de una profunda y permanente irritación. Atormentado por el asunto, se lo tomó a modo de cruzada personal, y removió cielo y tierra para conseguir dormir sin interrupciones. Al tiempo, lo que comenzó como una petición razonable, se transformó en una obsesión, seguramente porque su salud mental se había resentido con tantos años de vejaciones, reales o imaginadas. A la postre el problema del ruido desapareció prácticamente en su totalidad –los niños maduraban-, aunque no así la asistencia de la chiquillería a tranquilas reuniones nocturnas. Pero aquello ya no era suficiente para él, pues imaginaba la situación como una suerte de reto directo hacia su persona, otra prueba que le imponía el destino para castigarle -todo esto bien exacerbado por su linda mujercita que se permitía llamarle calzonazos en público con más frecuencia de lo recomendable-.
Comenzó entonces un juego diario del ratón y el gato, en el que nuestro amigo presumía de ser el gato y los menores sus delicados ratones. Cada noche se presentaba a las once en punto en el jardín para espantar a los jovencitos a base de amenazas, insultos e incluso algún amago de agresión. Tanto pudo su tesón que aborreció definitivamente a todo el vecindario hasta que en una insospechada noche serena se obró el milagro; cuando bajó al jardín comprobó, sin ningún género de duda, que la constancia tenía premio:
¡Nadie ocupaba el recinto donde, además, reinaba el más placentero de los silencios!
Por una vez en la vida había logrado imponer su voluntad. Falto de costumbre y más exaltado que emocionado, se situó en el centro geométrico del jardín frente a todas esas ventanas que siempre consideró hostiles. Protegido por el oscuro silencio algo se removió en su interior, algo que alentó un impulso incontenible: Bajo los ojos, allí donde confluyen en confusión el llanto y la alegría, se desbordó una lágrima antigua; entonces, sin control alguno sobre sus actos, ejecutó un furioso corte de mangas dedicado al universo…
… ¡y se masturbó triunfal!

Epílogo:


Doroteo Gobantes, de “Gobantes & Asociados, Administradores de fincas”, llegó más pronto de lo habitual a su despacho. Sudoroso y urgente, anotó en su agenda: “Comunicar sin falta a Eleuterio Galán, de Urbanización Los Girasoles, que ya está instalado el sistema de video-vigilancia dinámica que tanto ha reclamado. Hoy mismo se repartirá a todos los vecinos la primera grabación, realizada anoche, para que se pueda comprobar quiénes son los gamberros reincidentes y obrar en consecuencia”… y respiró aliviado. A ver si así dejaba de darle la murga, de una puñetera vez, ese peligroso psicópata.


***

miércoles, 11 de febrero de 2015

martes, 10 de febrero de 2015

Por razones que no vienen al caso, llevo la semana emocionalmente intensa y melancólicamente reflexiva... así que me acuerdo de muchas cosas, y entre otras muchas de los primeros pasos de mis hijos. Aquí os dejo un poema.























HIJOS


Parece que siempre ha sido así,
y nada es más lejano.
La casa entera estuvo prevenida
sabiendo que faltabais.
Los espejos os guardaban en la sombra
y asomabais a mi espalda
burlones y asombrosos sin que os viera.

Ya lloráis la tarde a cada rato
para dejar bien claro que sois la misma boca,
el mismo charco repleto de tropiezos,
la razón poderosa por vivir
de frente al barro y la llovizna.

De bálsamo y cantueso
se rinden nuestras manos,
nos babeáis las venas
con besos de plátano y yogurt,
hacéis del alfabeto una lección llena de sopas...

...y dos más dos serán otra vez dos
cuando os marchéis.



***

lunes, 9 de febrero de 2015

MOEBIUS ( o el infinito)



Escher.Moebius



MOEBIUS



Gerardo Senante es recto como los álamos, riguroso en sus maneras y puntual sin excepciones.
Carente de otras cualidades frecuenta la soledad pues aunque tiene sus encantos nadie acertó nunca a descubrirlos.
Instalado en la medianía, ocupa una plaza de funcionario municipal. Desde su oficina ve pasar el Ebro mientras farfulla delirios sobre pergaminos polacos y magias escondidas en bodegas.
A Gerardo le fascinan las historias secretas, las matemáticas y, como concesión a su hombría, los comics para adultos.
Aquella mañana al acudir a su trabajo fue incapaz de cruzar el puente de piedra: según lo terminaba se encontró al principio del puente de hierro, luego en el de Santiago… y así hasta el infinito.
Al fin, agotado, se derrumbó sobre la acera gimoteando: “Somos como hormigas en la cinta de Moebius”.
Una vecina le reconoció y avisó a urgencias:
Pobrecico, con tanta lectura se le han vuelto los sesos gaseosa.
¿Qué le pasa?
Nada especial, parece una crisis de ansiedad.
Pues venga, vámonos “pa´l hospital”.


Desde entonces una ambulancia ululante circula eterna por los puentes del Ebro; incluso hay quien asegura que sus ocupantes esgrimen una mueca de terror.


***

domingo, 8 de febrero de 2015

El cuento del domingo. Esta vez es un poco más largo, pero bastante divertido. Seguro.











LA HISTORIA DE MANTEL Y MANTELINA

Era Mantel un mantel
lleno de cuadros cuadrados;
vivía en un "ristoran"
de puro estilo italiano.

Pero como dijo aquél
nadie es feliz con su suerte
pues lo que quería él
era ser sábana fuerte

Todos los lunes tocaba
ir a la lavandería
que para hacer la colada
era siempre el mejor día.

Allí entre tapetes de té
Mantel lloraba y lloraba,
y a un delantal de café
su ilusión le relataba.

Las servilletas reían,
las sábanas se mofaban
y con mucha picardía
esta canción le cantaban:

“ Este es el tonto Mantel
que nació siendo cuadrado
y quiere ser coronel
en vez de soldado raso”


La vida así transcurría
entre burla y macarrones,
hasta que por fin un día
vio cumplir sus ilusiones.

La cosa fue como cuento:
Otro lunes de colada
mientras giraban sin tiento
sintió algo que lo agarraba.

Mantel se volvió impaciente,
y notó una tela muy fina
que lo envolvía indecente:
¿Quién sería la atrevida?.

Entre giros y agarrones
vio que una rica mantelina
era quien daba tirones
causando tal tropelía.

Cuando se vieron de frente
se miraron a los ojos
se abrazaron de repente
y se pusieron muy rojos.

Mantelina era un mantel
de rica seda muy fina,
con elegante broquel
que nunca pisó cocina.

Cuando tendieron la ropa
estaban tan abrazados
que no hubo manera ni forma
de soltar lo ya enredado.

Y para aprovechar la tela
les dieron cuatro puntadas
cosiéronles unas letras
más una puntilla hilvanada.

¡Albricias! Con tanta preparación
lo que era un pandemonio
convirtiose en santa unión
terminando en matrimonio.

Junto a los otros retales
les llevaron al mercado
y el viaje de esponsales
disfrutaron encantados.

Viéndose así cosiditos
soñaban con catedrales
durmiendo bien calentitos
en los tálamos nupciales.

Mas si sólo eres un retal
medio feo, medio raro,
mitad cuadros, mitad chal,
es seguro que te venderán barato.

Y eso fue lo que pasó:
Un tonto que babeaba
la telilla enamorada se llevó
diciendo que la compraba.

Pero no temáis amigos:
al llegar el hombre a casa
sacó su lienzo de hilo
y con él se hizo la cama.

Y felices aunque pobres
Mantelina y don Mantel
se abrazaron en el catre
y se durmieron con él.

Aquí se acaba la historia
de Mantel y Mantelina
con la bonita victoria
del amor sobre la envidia.

(Aunque al final os diré
que no todo les salió bien
pues sufrieron un berrinche:
¿Sabéis cual?

¡¡En la cama había chinches!!)



***

sábado, 7 de febrero de 2015

Hoy me he puesto a repasar viejos poemas y se me ha ocurrido subir este. Es uno de los primeros, un poema de "juventud" por decirlo de alguna manera. Bueno, tiene su cosilla. A ver que os parece.
























EL COMETA Y LA TIERRA
(Poema de amor cósmico)

Por millones de años la rondaba
como eterno carrusel que iba y venía.
Eran promesa de fuego sus miradas,
un anhelo de encuentro y de caricias.

Y al fin un día, oh gravedad amiga,
cediendo a esa fuerza que atraía,
cayó en su seno y explotó a la vida.

Ella, ardiente de amor, se abrió dolida,
lo recibió en su cuerpo, trepidó en temblores;
con lava de volcanes se lamió la herida
y, feliz, gimió con gritos ancestrales.

Después la Tierra se quedó dormida
en plácido gozo de amor sumida.
Y él, corazón de estrella, mineral pesado,
habitó en el centro de su amada
por siempre, fundido y derramado,
con profundo reposo complacido.


***

viernes, 6 de febrero de 2015

Hoy microrrelato. Como de 2 cms.


MEDIDA

Le faltarán, al menos, un par de centímetros para alcanzar la barra del trapecio, lo supimos todos en seguida. Todos menos él, claro, pues era la misma medida que le sobraba de arrogancia.
Luego, en el suelo de la pista, se la dejó toda, roja y extendida.



***

jueves, 5 de febrero de 2015

Se marchó pronto, demasiado. Luego me ha costado mucho entender lo que pasó y entenderme. Ahora tal vez sea el momento. (Un soneto dedicado a mi madre)





















A MI MADRE


Recuerdo claramente la sonrisa
franca entre dos labios como fuego,
anhelo de otras brisas, claro ruego
de sueños perseguidos tras tu risa.

Mas te educaron para ser sumisa
y nadie te explicó: la vida es juego,
disfrútala, no vaya a ser que luego
te acerques al invierno muy deprisa.

Llegó sin avisar esa traición
pero no tuve edad para advertir
que tras de ti marchaba la ilusión.

Cómo querría darte a compartir
los años que he vivido y la emoción
que renace en mis hijos tu sentir…

(…no puedo concluir
la estrofa así, pues no es completa:
falta un tenue beso del poeta)



***

martes, 3 de febrero de 2015

DESCUBRIMIENTO



















DESCUBRIMIENTO


Te acerco al vendaval
furioso de luces y carriles.

Aprieto con mi miedo tus dos manos
y sé que deberé dejarte ir.

Logré pasar el tiempo tan dormido
en mi propia rutina de crecer
que no advertí cómo nacían
rendijas en tu piel bajo la edad.

Hoy vuelve aquel día septiembre
y colegial cuando temblaba
cosido de tu brazo
para mirarte de nuevo saltándome los años.

Y donde fue la voz del padre fuerte
descubro el habla polvorienta
de un anciano.

Sí, te dejaré ir solo

solo

como a un niño en su comienzo.

E igual que tú me despedías
preocupado
cuidaré tu lento pasear
por las aceras.

***

lunes, 2 de febrero de 2015

Todo es perfecto un lunes por la tarde....



TODO ES PERFECTO

No creo que pueda pedirse mucho más para ser un lunes por la tarde ¿verdad, María? Comienza otra semana y ya tiene el color de lo cumplido. Ayer nos visitaron los hijos y los nietos revolotearon, impacientes, con sus juegos. Hoy el aire trae aromas de tiempo nuevo, el sol nos templa en esta tarde apacible, la vida revienta de avaricia.
Las tareas, las importantes, ya están completas, las cuentas cerradas, nuestro esfuerzo terminado.
Sí, todo es perfecto: el mundo se conjura y nos empuja a disfrutarlo… ¡lástima que estemos muertos!


***

domingo, 1 de febrero de 2015

CUENTO /CANCIÓN
























LA MARIPOSA Y EL CAMALEÓN

(Canción)


La mariposita,
bella y exquisita,
muy, muy señorita,
vuela en el jardín… din

El camaleón,
feo y juguetón,
espera en la rama
de un melocotón…don

Cuando al fín
se encuentran
algo en su tripita
les hace tilín….din

Y se van juntitos
dando un paseíto
en un carretón….don

Suenan campanitas
en su corazón…
Unas hacen…din
otras hacen…don.

El camaleón
verde y chiquitín
ha vuelto al jardín…din

A la mariposa
linda y primorosa
nadie más la vió….don

Y ahora me pregunto,
si en el ancho mundo
prefiero vivir…
feo, astuto y malo
como el muy tragón
del camaleón….don

…o es mejor morir
guapa, ingenua y buena
cual mariposita
de este folletín….din

Como no lo se
yo levanto el vuelo
y me voy muy lejos
de ese malandrín…din

Ya se acaba el cuento
de la mariposa
y el camaleón…don

Din, don, din, don



***