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Adorna este mensaje
el color natural de lo sencillo:
un sobre gris, mi nombre y una fecha.
¿Cómo pueden tan pocas letras
despertar las aguas de su lecho,
herir la yema de mis ojos
y contigo en medio derramarse?
Tras la ventana asombran
los mismos ruidos
de calma detenida.
Y no ha pasado nada,
nada
Tan sólo que te has muerto, amigo, para siempre.
Te voy llorando y no sé si es bastante
para inundar de velas
lo mucho que quisimos.
Esto que abraza fuerte dentro
y aprieta y luego rompe
¿es daño suficiente para pagar
nuestras noches de labio y confidencia?
Es poco este dolor que intento.
Te lo debo más intenso, más caliente,
más airado.
Ocultaré mi rostro con luto y escayola
por maquillar así tu muerte
y dibujar la pena
que me obligo.
...
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1 comentario:
No es fácil expresar el dolor con palabras, por eso, aunque no te parezca suficiente, seguro que lo es.
Me gusta mucho cómo escribes.
Eres todo un descubrimiento.
Saludos.
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