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Si afilas los timbres de tu historia
apenas si oirás lo que mereces.
Será tu retrato monigote y alambre:
La nariz tuerta del padre, los ojos
ausentes
perdidos
buscados
debajo y enfrente, perfil del cuatro,
mentón partido entre dos fuentes,
la que secaste y otra que te bebe
dentro
siempre.
Andén subido al diente,
sala de espera, pantalón
de piernas
de pasos
de liebres.
Al fondo hay un espejo que se vuelve
¿te reconoces?
zapato y muerte.
...
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1 comentario:
Qué original esta entrada.
Me gustó mucho.
Saludos.
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