martes, 17 de marzo de 2015
Libertad y revolución
REVOLUCIÓN
Tú querías cambiar el mundo en solitario,
yo me conformaba con cambiarte de intenciones.
Un estúpido imposible, lo sé.
¿Por qué tuviste que activar la mística
guerrera de tus genes?
Y luego te seguí a los frentes amplios
-al menos el cariño inicia siempre
su batalla atrincherado por mis dedos-
Éramos el revolcón de la idea
la vanguardia enamorada.
Decían que el amor es otra cosa
más educada y banal.
Lo nuestro restallaba sin avisos
ni tiempo para besos negligentes
del cuello a los pezones.
Este ardor militará como órgano
del pueblo enardecido,
muda muesca en la estadística social,
allí donde los números olvidan
qué dinamita esconde cada cuerpo
o la fuerza acumulada entre dos labios.
***
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