jueves, 5 de febrero de 2015
Se marchó pronto, demasiado. Luego me ha costado mucho entender lo que pasó y entenderme. Ahora tal vez sea el momento. (Un soneto dedicado a mi madre)
A MI MADRE
Recuerdo claramente la sonrisa
franca entre dos labios como fuego,
anhelo de otras brisas, claro ruego
de sueños perseguidos tras tu risa.
Mas te educaron para ser sumisa
y nadie te explicó: la vida es juego,
disfrútala, no vaya a ser que luego
te acerques al invierno muy deprisa.
Llegó sin avisar esa traición
pero no tuve edad para advertir
que tras de ti marchaba la ilusión.
Cómo querría darte a compartir
los años que he vivido y la emoción
que renace en mis hijos tu sentir…
(…no puedo concluir
la estrofa así, pues no es completa:
falta un tenue beso del poeta)
***
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