lunes, 29 de noviembre de 2010

PUNTO

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Me reanudo a diario equilibrista,
más convencido por materia que insurgente,
y reúno mis desmayos,
con hebras de café o aldabonazos.

Y luego de asistir como inquilino
a la resurrección
pasmada de estos gestos hechos liebre
recorro, sí, medito a saltos
sobre la condición de pulga
impertinente, denodadamente brava,
que crece como soy
desde la lentitud del sueño
hasta mis alijuntas cejas

que todo lo que hurgamos se resume
en ese punto escaso, colateral y huraño,
desprevenido;
apenas un botón
puesto de lado, una cojera espalda
con orgullo de omoplato, un calendario
devorador de ideas,
un aspaviento sin rodeos ni preguntas,
el daño que me esconde
de lo grande y de lo bueno,
el diente que me obliga
y me sujeta,

y contrario me detiene.



...

1 comentario:

Bletisa dijo...

La lectura de tu poema me ha recordado a Lázaro de Tormes.
Sobre todo desde la segunda estrofa.
Me gusta tu poema y me gusta Lázaro de tormes (paisano mío)
Por cierto, tengo que releerlo.

Muaccc, Ignacio.

"y reúno mis desmayos,
con hebras de café o aldabonazos"

que sepas que yo también cantidad de veces.



"