martes, 28 de diciembre de 2010

DIAGNOSIS

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(Permitidme esta broma, que creo adecuada para hoy, 28 de diciembre y para estos días navideños de tantos excesos)

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Mirole el médico ojixperto
y habló de hígados y esmegma.
Atisbole el físico cuantioso
y farfulló de saltos y electrones.
Analizole el químico profético
y blasfemó sobre un montón de iones.
Escrutole el psicólogo proyecto
y le predijo estigma y depresiones.
Susurrole el sacerdote obseso
y le auguró pecados y oraciones.

Pero ninguno le dijo la verdad,
la única razón de sus dolores,
la que vio Sancho en su simpleza:

¡Lo que tiene usted, mi amo,
es un empacho de cojones!



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lunes, 20 de diciembre de 2010

OCTUBRE

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Llegados a esta altura
de equilibrios,
se impone conceder un argumento
implacable, tenaz, lleno de hormigas,
tantas como días ocurren
en filas por tu espalda.

Apareces encumbrada y fatal,
casi estupenda,
dispuesta a derramar vitriolo
por mis huesos y tatuarlos con pez
y repartirlos entre el pueblo,
culpables de ser míos,
como todos los martes zurcidos con nostalgia
nevada y bolchevique.

Y son tantas las banderas
y tantos son los muertos recorriendo
el calendario nupcial
que afirmamos valientes;
y son los octubres tan rojos
y tan fuertes nosotros, acerados,
remachados con besos,
invencibles.



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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Crítica poética y contracrítica: I PREMIO INTERNACIONAL DE POESÍA ADDISON DE WITT

Crítica poética y contracrítica: I PREMIO INTERNACIONAL DE POESÍA ADDISON DE WITT

EQUINOCCIAL

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Hoy debo suponerme
más que entero, equinoccial,
y me afirmo imperativo sobre la palabra
sustentado en alas que no vuelan,
libres los brazos de mi peso muerto.

Y se están disputando la mitad
de mi contento, dale que dale al cigarrillo
sobre la vertical de estos pulmones
sin sombras que tapar, bueno lo bueno,
casi feliz de tan fogoso.

Que son tantas las tardes por llegar
con todo soles,
tantas como noches para mis lechuzas,
demediado el hombre por el centro,
pura pregunta donde las alcobas.



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viernes, 10 de diciembre de 2010

ARRUGAS

Dedicado a mi padre, que hubiera cumplido 90 años


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Qué extrañas las arrugas imponentes
de tus huesos
temblando el calcio por los años
que no tienes y te cuento, y te pronuncio.

Noventa puñetazos en la fecha
señalados, y treinta caracoles, treinta,
que no llegan
como treinta monedas traicioneras,
como treinta aldabonazos.

Te quise adjudicar todas las deudas
y hacerte reo por faltarme tanto y cuánto
-sobre todo cuánto-
de tus dedos a mis canas sin remedio.

Ahora que no puedo imaginarte
siendo un viejo paso a paso
te adjudico una arruga por diciembre
de regalo, y la cuelgo profunda
entre mis gestos.



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domingo, 5 de diciembre de 2010

HAY ALGO

.
Hay algo que te aprieta
y me salpica,

y de ahogos me detiene.

Son tantas las bandadas emigradas,
tantos los dientes desgastados
en cada una de nuestras miradas adivinas,
tantos escombros tiernos
cubriendo los abrojos.

Y te aprendí secreta sin nada que cambiarte,
guardada para adentro, casi escondida;

esas fueron las primeras siembras
sobre tus ramos de silencio,
como surcos abiertos entre llamas,
promesa sugerida y paciente.

Así escogí querer,
                                      con tus rincones.

Ya sé que cualquier día
derramarás toda la piedra que te ocupa
de escorpiones y de ojeras,
que me caerás con besos a las manos,
con daño retrasado, puntiaguda, herido
de ambos labios fuertes.

Así acepté seguirte.

Hay algo que te cierra
                                      y nos construye

                                      y a ratos, me soportas.



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lunes, 29 de noviembre de 2010

PUNTO

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Me reanudo a diario equilibrista,
más convencido por materia que insurgente,
y reúno mis desmayos,
con hebras de café o aldabonazos.

Y luego de asistir como inquilino
a la resurrección
pasmada de estos gestos hechos liebre
recorro, sí, medito a saltos
sobre la condición de pulga
impertinente, denodadamente brava,
que crece como soy
desde la lentitud del sueño
hasta mis alijuntas cejas

que todo lo que hurgamos se resume
en ese punto escaso, colateral y huraño,
desprevenido;
apenas un botón
puesto de lado, una cojera espalda
con orgullo de omoplato, un calendario
devorador de ideas,
un aspaviento sin rodeos ni preguntas,
el daño que me esconde
de lo grande y de lo bueno,
el diente que me obliga
y me sujeta,

y contrario me detiene.



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martes, 23 de noviembre de 2010

ELISA

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Hoy he vuelto a correr dos labios densos
subiéndome a ninguno, huyendo rojos
como extraños amigos afligidos.

Traías la mirada con tu palabra puesta
en mi antojo asustado
de ocho nervios,
pálido deseo complaciente
promesa emplumada de excusas.

Y es que veníamos de atrás
con tanto luego en los bolsillos,
retrasados por la edad tardía,
conscientes del pecado de omisión.

Tuviste que ser tú,

tu voz sobre mi voz batalla
y remolino de abrazos ciertos
que fueron más jamás que nunca
en nuestro enredo antiguo,

tú, tan lascivamente cauta
que aún me mojan secretos
tus lamidos.



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jueves, 18 de noviembre de 2010

IRRELEVANTE

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Si abundo en receloso
será porque he atisbado la certeza
de la sombra
ruidosa y marginal;
el musgo que matiza las creencias
vanas, temerosas,
como cantos funerales
cuando el Sol se divierte en las mañanas.

Nada hay más tedioso
que la estupidez del individuo,
aquél que se postula interminable
y olvida que la vida es una chispa
irrelevante, una sucesión de instantes encendidos
y fugaces como brasas envasadas
que nadie recoge al apagarse.



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miércoles, 10 de noviembre de 2010

COMO EL TRIGO

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Seré todo lo bueno, un panal de alegrías
sembrado en tu memoria y encenderás conmigo
fumarolas de incienso donde renaceremos,
muchachos dibujados,
como el trigo secreto que duerme entre los panes,
como cada sorpresa afluente y sagrada
de mi infancia porosa.

Si supiera esperarte, bajar por la escalera
dejando caracoles con el tiempo enroscado,
si amaneciera ayer convencido de nuevo
creceríamos nubes
por los campos alfombra de nuestra espuma limpia
y seríamos juntos, un árbol con dos ramas
disfrazadas de altura,
y abriríamos puentes redondos como abrazos
para tus estaciones,
para mis espirales.



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jueves, 4 de noviembre de 2010

ORIGEN

.
¿De dónde este reír frontero, esta agonía

mestiza y trampa, estos mis dedos pares?


¿De dónde las distancias anchas,

el respirar de jade, los pecados

de tres ojos muy verdes y esta boca?

-mi pozo grande para cuando llueve-


¿De dónde el despertar terco y frondoso

firmado de elefante,

mis mismas ganas águilas, mi propio nombre

incendio, mi nariz musgo y escama?


¿De dónde sino de aquella vuestra rabia a impulsos

y estertores plácidos,

de aquél choque de genes?


Tengo el recuerdo ausente de que estuve

vuestro en cada beso a trozos, dividido y puente,

resucitado a espasmos, a empujones.


De todos esos abrazos cenitales

guardo la matriz de un grito sin llanto

y unos labios abiertos,


y esta memoria doble.




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viernes, 29 de octubre de 2010

ELECCIÓN

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Podría empezar con fumarolas en los techos,

o tal vez devanando

una porción de enredos como mis manos robles,

aunque prefiero la cuarta parte oscura

que se oculta del verso y de la tierra.



Nada me impide asaltar el hueso de los verbos

o extender un racimo de adjetivos

muertos, exangües, nochibundos,

colorientos, languiflojos y sedados

hasta el codo,

pero elegí el temblor de las palabras ciertas,

las que huelen a escombros y pinchan

y son dientes; las que tiran a dar

y siempre aciertan con los ojos

y luego aprietan, aprietan y convencen

y más que todo asustan.



Porque no nos gusta el rostro denso de los ciegos

ni recordarnos poderosos

y ahora octubres;



porque creímos en París, sus alamedas,

y en las calles de pavesas durmientes

pintadas de lechuzas;



porque te elijo a ti

como digo correr, camisa o calendario,



como escojo vivir sin aspavientos,

buscándome en los hombros



y tal vez sea libre.




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lunes, 18 de octubre de 2010

HUIDA EN RIZOS

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Sobre la inaudita sencillez de lo más grande
me confieso incapaz aletargado,
innoble por un doble pecado de anestesia,

omiso,

<         >y piedra,

<                             >y corcho,

<                                                     >y torpe.

Pasearon tres hormigas de muerte

<                                             >por mi espalda

y sólo hice rascarme las cosquillas
sin sentir la pena que llamaba con antenas
manchadas de tu sangre manantial

<                                             >mordido y mudo.

Y cómo no gritarme sin aullidos,
y cómo regresar con tu envolvente
capuchón tan frío como un cuerpo arrebatado
de mi lado sin esquinas,

<                                             >erizadamente quieto.


¿Quién te ayudó a escapar de esta armadura
sin arañar del todo nuestra puerta?


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lunes, 4 de octubre de 2010

FUGA EN AMARILLO

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Me insolé de distancia
y amarillo.

Apresurábamos junio en los cantiles
formidable de juncos y ratones;
medimos un nuevo destierro,
-tan nuevos nosotros-
asombrosos turistas bachilleres
cansando de salitre los zapatos.

Y yo pariendo eras
con Silvio dormido entre mis sienes duras
-abundante esa hoguera resentida-
como un regalo de alfileres sin estuche.

Que si escapaba fuera furo
de mi lento esfuerzo-intento
por faltar del todo, padre,
a tu presencia trepanada

y yo volviendo de tu muerte
adelantada en mi futuro,

dolida fuga con bemoles-tigre.



...

lunes, 27 de septiembre de 2010

ENTRE TRES VIENTRES

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Presumo de profundo y arrebato
con cada esquirla simple
que apuñala mi costumbre de varón severo,
gozosamente herido por tres vientres
salobres, mortales, milenarios.

Están aquí,
están aquí por todas partes
guardándome del tedio
entre sus piernas tercas,
puertas grávidas y sonrientes para mis abluciones,
íntimo secuestro salpicado de hogueras.
Quisiera hundirme siempre
en estos mares templados que me hicieron hueso
e indagar triplemente sus paisajes
lluviosos, su tobogán de babas,
el hueco de su despertar fecundo.

Y es que,
necesito entender tanta nostalgia
huraña, tanto ciclón para mis condimentos,
estas ganas esclavas y tormentas
por volver adentro, adentro hasta encontrarme
completo, desnacido, intacto,

y despejar del miedo y de mi frente
aquél tornado visceral de excusas.



...

miércoles, 22 de septiembre de 2010

NACIMIENTO



NACIMIENTO

Te trajeron a mí como un rugido,
eras todo pulmón y boca abierta.

Vestías esa piel con laberintos
donde perderme en besos,
secuestrada mi baba para siempre.

Pedacito de carne amamantada,
león falto de dientes, doctor en estrategia.
Te bebiste mis dominios
adormido por dos pechos rebosantes
que eran míos -o lo fueron-

Del miedo a lo perdido
me nació el divino instinto
de morderte hasta la sangre
y desaparecerte.

¿Por qué supiste niño
que tu olor a sauce
empaparía esta sed llena de arañas?

Y así que me agarraste,
nuestras pieles sellaron
-impacientes-
el eterno pacto de los dedos.



***



...

sábado, 18 de septiembre de 2010

ANTES DE TI

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Antes de saberte mujer no había nada.

Me descubrí erizado de gusto
ante tus labios, sin entender
miradas, formas, cuerpos
abiertos, hembra presentida.

Porque antes de ti sólo oraciones.

Éramos ángeles niños sin alas,
con el sexo escondido entre pupitres,
con las manos sujetando un crucifijo,
con los ojos encerrados en medallas.

Porque traías peligro y candor.

Y en los bordes de tu risa instinto
y en las puntas de tus senos goznes
se engancharon, para siempre,
mis nacientes rezos a tu voz.



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martes, 14 de septiembre de 2010

"Laburo, nomás" (final)

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A partir del aquel día, Gualterio ya no sonrió más, y si hablaba poco antes, ahora simplemente no mentaba. Tan sólo cuando sacrificaban alguna res bisbiseaba algo a modo de oración mientras encaraba a la víctima con una mirada entre ida y lastimosa. Porque desde aquél suceso se transformó en el más diestro matarife que conocieron las pampas. Era exquisitamente hábil con cuchillas, fierros y garfios. Nadie como él apiolaba tan finamente, con tanta premura y precisión, que jamás se escapó mugido o relincho de ninguno de sus “clientes”. Daba la impresión de que con esas palabras que musitaba quedas en las orejas de los brutos los hacía cómplices de su holocausto, como si al darles muerte les hiciera el favor de evitarles toda la crueldad y el daño que él mismo había sentido aquél día infame cuando perdió el instinto.

De alguna manera, en algún rincón íntimo y lejano de su mente, se había propuesto transformar la barbarie en triunfo, porque sabía que cualquier otro, menos certero que él, sólo conseguiría alargar el sufrimiento y las angustias.

Después, al terminar, siempre repetía su letanía a modo de conjuro salvador:

- “Sólo es laburo, laburo nomás” -


Por eso, algunos años más tarde, cuando fue llamado a filas por el ejército, le seleccionaron para una siniestra misión en los sótanos de la Comisaría General de Tucumán, probablemente debido a su carácter, reservado en extremo, sus maneras hurañas y solitarias, y, por supuesto, a la fama que le precedía como matarife.

Y allá, entre gritos y sollozos a los que parecía inmune, siempre se encargaba del último golpe. Y con el mismo ritual sedante que empleaba con las bestias, encaraba los ojos de la víctima mientras susurraba aquellas misteriosas razones que tanto serenaban al premuerto al tiempo que, con un movimiento fulgurante, degollaba a los torturados señalados, que morían sonrientes como quien ha visto la Gloria.

Porque por alguna extraña alquimia infernal, Gualterio transformaba el miedo y el horror en un acto de amor extremo, el más sublime que se pudiera dar, pues era último y definitivo.

Y, tal vez contagiado por esa exaltación, también descubrió entre lamentos un nuevo sentimiento de deseo que nacía desde su desterrada condición viril. Aquello sucedió esa extraña noche en que, tras la infame ejecución de una guerrillera tupamara demasiado joven, exclamó compungido y en voz alta:

-“¡La pucha, que valiente la pobrecita con sus ojitos de yegua!”- y con esas pocas palabras, Gualterio había expresado lo más parecido a una emoción que sintiera en toda su vida.

Luego quedó pensativo, estatua durante unos segundos inmensos. Por fin, vuelto a su ser ausente, sacudió la cabeza como quien rechaza un mal pensamiento, y acabó repitiendo:

-“Sólo es laburo, laburo nomás” -




... Final...

viernes, 10 de septiembre de 2010

"Laburo, nomás" (2ª parte)

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Por eso cuando la Doña murió, por extenuación, no hubo gaucho que no pasara a presentar sus respetos, y más los agradecidos que eran muchos, igual por sus favores en arrullos que en sustancia, pues fueron demasiadas las hambres, de cualquier tipo, que calmó la finada.

De pura pena, o deuda silenciada, a Gualterito lo recogió Don Bartolomé Guzmán, estanciero poderoso, cacique sin ser indio y hombre de pocas bromas. La deuda no debía llegar a tanto como para incluir cariño en el trato y lo primero que hizo fue dejar a Gualterio en un “quincho” perdido al cargo de dos viejos gauchos. Por supuesto, éstos no estaban por la labor de ser padres ni acaso hubieran sabido, que bastante tenían con cuidarse del ganado, de la indiada robacueros y de los cuatreros, y poco más que la comida le daban, palabras menos y zurras, algunas. Así que el zagal, con cinco añitos, andaba más que solo por aquellos andurriales ausentes de cualquier dios.

Como el hombre es animal social, y busca compañía, Gualterio halló en los irracionales todo lo que las personas le negaban. Y allí no faltaban los caballos ni las reses, abundaban los guanacos y hasta el ñandú asomaba de cuando en cuando. Y siendo los niños, como son, excelentes aprendices, en seguida supo entender las miradas pausadas de las vacas, los movimientos nerviosos del caballo y sus querencias; y tanto y tan bien se adaptó a sus modos que, al cabo de pocos años, cualquiera hubiera pensado que Gualterio era uno más de la manada.

Y al igual que a los potros les llega el momento de la doma, también a Gualterio le llegó el tiempo de la hombría. No tendría más de doce años, pero la vida dura y el clima extremo habían hecho del pequeño huérfano un esbozo de hombre entero: Morocho y crespo, de ojos negros y mirar equino, silente, muy ancho, cuadrado y poderoso pese a la edad. Para entonces ya montaba los caballos sin necesidad de arreos, pues más se asimilaba a centauro que a jinete, y era tan buena la juntura que no quedaba claro quién era quién en ese monstruo doble. Era tanto su entender sobre el ganado que los gauchos le admiraban con respeto y atendían sus consejos: Cuando iban a “campiar” si Gualterio decía que por aquí, por ahí iban y siempre atinaba para encontrar un matalón perdido o una punta de yeguas desviadas. Como era fuerte, a todo hacía, igual en el rodeo que en la doma; lo mismo atendía a una yegua de sobreparto, que amamantaba algún potranco repudiado. ¡Cómo iba a ser de otra manera si más tenía de caballo que de persona!

Pero en todo paraíso cabe un rinconcico del infierno, y aquí no había de ser diferente.
Tal día se presentó Don Bartolomé, el estanciero, con cinco de sus fieles a recoger una cuerda de potros nuevos, y tras terminar la faena, así como quién pide un café, tiró el “pucho” del cigarro al suelo, miró muy lento a Gualterio y le dijo: “Ahora te acercas a ese “bagual bichoco” lo degüellas, y le sacas los cueros, que “pa” mí los quiero”. Traía aquella mirada todo el veneno de un reto porque no era el estanciero hombre de lealtades a medias: exigía sumisión y obediencia ciega. Y, buen conocedor de la debilidad que nace del afecto, bien sabía que ordenarle esto a Gualterio equivalía a proponerle una suerte de suicidio íntimo, pues no había seres con los que más se identificase que con los caballos, y especialmente con ese viejo garañón, calmo y paciente, que había ejercido como “padre” de Gualterio mejor que ningún humano.

La reacción del chico fue idéntica que la de un caballo malón cuando se espanta, ahí se encalabrinó y salió huyendo por la llanura con los ojos idos y el alma en la boca, hecha de espuma y horror. Largo trecho tuvieron que enlomar los esbirros de Don Bartolomé para darle alcance a lazo, como a cualquier otra bestia; y aun entre cuatro no se daban maña para sujetarlo, pues tanta era su rabia, o instinto, o lo que quiera que se diga en estos casos.

Lo trajeron a rastras, envuelto en sogas y ensangrentado; pero como todavía le quedaban arrestos, aún se revolvió salvaje, desbocado, furo. Y allí mismo, sujeto al poste, el amo pidió el “arriador”, lo desenrolló con parsimonia y con mecánica indolencia fue descargando sus golpes. Muchos debieron parecer, incluso a los más acostumbrados, porque de las primeras risitas, pasaron al silencio nervioso, y luego a los gestos desencajados. Pero nadie osó parar la mano implacable del sayón.

Cuando, jadeante y sudoroso, terminó, Don Bartolomé se acercó al muchacho semimuerto, y, con los dientes prietos y los ojos desbordados, le espetó, despacito y a media voz: -“laburo, muchacho, laburo y obediencia, nomás te pido. Dale al fierro y por tus huesos nunca jamás me encares una orden, ¿entendés?- entonces, sentándose sobre una piedra, se encendió otro cigarro, se secó el sudor de la frente, y esperó con la serenidad del que se sabe dueño de haciendas, de cuerpos y, más aún, del miedo que injertaba en esas almas.

Tardó Gualterio en moverse, pero al cabo, renqueante y machacado, se acercó al garañón, le acarició muy suave el cuello mientras le iba susurrando lágrimas y sangres; lo arrodilló primero, lo tumbó después y sin perderle la vista, como quien se despide del mundo, con un movimiento certero y seco dio dos tajadas exactas: Una que rebanó el gaznate del cuadrúpedo, la otra, invisible, que segó cualquier atisbo de cordura o entendimiento en los sentires, ya muertos para siempre, del muchacho.



... (continuará)...

martes, 7 de septiembre de 2010

"Laburo, nomás" (1ª parte)

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NOTA: Este relato acaba de resultar premiado en el VII Certamen de Narrativa de Canal Literatura (3er puesto). Debido a su extensión os lo voy a dejar aquí en tres capítulos al modo de los folletines del siglo XIX, confío en que os guste.

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“Sólo es laburo, laburo nomás” , repetía como un mantra.

Gualterio Falcón nunca desperdició una palabra, un gesto, una sonrisa. Gualterio era seco cual la tierra en invierno y espeso como los yerbatales.

Cuando niño, Gualterio fue salvajemente alegre, como lo son los niños criados al aire de las pampas sin otro límite que el horizonte amplio o el miedo a los leones.

Porque Gualterio nació “guacho” y si tuvo padres, que debió tenerlos, nadie supo de ellos; entre milico y barragana dicen que anduvo el lío, pero lo que sí es seguro es que al angelito lo dejaron “arrumbao” donde la pulpería de Doña Lasti y ya fuese por caridad, o porque algún pecado tenía en la conciencia -que también ella se olvidó de algún mamón allá por esas tierras de Dios- fue sentir llorar al desdentado, que se le puso un calor así, bien prieto al pecho, y una emulsión feroz de lágrimas antiguas, y tanto pudo la naturaleza de las viejas penas que donde la ley de las cosas rectas hubiera dado en sofocos y sudores, estallaron dos manchas de leche incontenible que escurría en su camisa como llanto de pezones.

Semejante prodigio se corrió urgente por toda la comarca, pues ni la edad de Doña Lasti ni sus circunstancias personales dejaban un resquicio para explicar tal milagro. Y bien es verdad que en los primeros tiempos era peregrinaje lo que allí había para ver a la doña sentarse en el zaguán y darle de tetar con abundancia al mamantón, al que llamó Gualterio, quizás porque le recordaba a alguien que la hizo feliz, y también le donó su apellido duro y filoso: Falcón, lo que, en su momento, resultó ser premonitorio.

Como ocurre siempre, la sorpresa dio paso a la costumbre, y al tiempo ya nadie recordaba que Doña Lasti no era madre, o que las mujeres sesentonas, las corrientes, no sacan su historia por los pechos. Pero así eran las cosas en aquellos días.

También hubo quien se malició que todo era un engaño de Doña Lasti para esconder un devaneo inconfesable, y que tal milagro no fue sino teatro para preservar su honra, y que de tan gorda que estaba nadie notó el embarazo. Tal vez, aunque en verdad la virtud de la doña, bien dudosa, no necesitaba tapujos, y que su avanzada y arrugada edad seguía otorgando al asunto la categoría de extraordinario.

Lo que tiene la natura es que no miente, y al cabo de cuatro años de alimentar tantos hijos perdidos -que ni un día dejó de darle el pecho al pequeñín-, Gualterito había medrado fuerte y compacto, sano y “colorao” como un potranco, al tiempo que la doña se consumía igual que la cecina seca, que tal pareciera que se le iba el ser disuelto en leches y calostros. Y donde hubo abundancia no quedó sino tendón y sarmiento, y pieles flojas, y ojeras agarradas. Aquello semejaba una suerte de trasvase entre dos cuerpos, pues lo que se perdía de una parte se instalaba completo en el muchacho, lo mismo las carnes que los genios fuertes de Escolástica Falcón, mujer de frontera, puta cuando tocaba y madre de arriada.




...(continuará)...

viernes, 3 de septiembre de 2010

SUBMARINA

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Y sin decir nada me decías.

Te dejabas flotar celeste al aire,
burbuja fugaz rota de luces,
brisa casual que en mi estallaba.

Si algún amor hubo más paciente
no tendrá de tu espera la certeza
ni ese beso inexistente tan profundo,
que era verte y no ver lo que guardabas.

Submarina abisal entre almohadones
extendías tus sedales caprichosos
como alambres en las oscuras copas
aburridas de sus hombres
-distraídos tiburones fluorescentes-

La experiencia infantil de tu mirada
fue carnada suficiente a mis hambrunas.

Y allí mordí de tu peligro tres rincones
que me quitaron la sed y un mar de dientes.



...

lunes, 30 de agosto de 2010

YO ERA UN PEZ

.



















.
Yo nací al mundo como un pez
nadando entre dos aguas.
Después llegó la vida con su hiel
robándome de a poco las escamas:

Quedóseme la piel.

Nadando en turbio barro
murieron mis aletas,
creciéronme los pies.
Croando sucias letras muy despacio
salté hasta las orillas,
rugoso y burdo sapo.

Luchando en mil batallas
con armas de papel,
perdí mi valentía:
dejeme las agallas
colgando entre las medias
del patio de un burdel.

Así al final de todo,
dolido y escamado,
me alcé para ver lejos
volviéndome persona,
y ahí fue cuando lloré.



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martes, 24 de agosto de 2010

OFRÉCE-SÉ

.


















.

Ofrécese varón,
mayor que joven.
Experto en dudas,
tratante de emociones,
marino por la Luna.
Salario: Lo que den
Razón: Ninguna.
(es todo cuanto sé)



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jueves, 19 de agosto de 2010

MIRADA AL VIENTO

.

“Puesto que el joven azul
de la montaña ha muerto,
es preciso partir...”

Miguel Labordeta



…Y suspender el viento recogido
de todas las veletas
como lienzos tendidos entre dos calles torcidas,
en los rabos de perros tan nocturnos
-gemidores sin gatos-
en alcobas de niños
ausentes al camino abierto,
ocultos de la luz verdad y dura.

También en los andenes imparables
de los últimos trenes ondearán
tiznadas de vapor como oraciones
-o preguntas pasajeras-
para recordar quién fuimos
al marchar,
intransigentes y puros,
heridos por una nueva forma
de rabia abanderada.

Asomaron semijuntos el abrazo,
la trinchera, un beso al aire
como declaración solemne,
y los cuerpos sigilosos.

Allí quedó lunar el joven azul
de la montaña muerta,

con su mirada helada
frente al cierzo



...

lunes, 9 de agosto de 2010

DESPUÉS

.
Después de tanto amor, amor,
me insulta el miedo,
derrotado por dos, efervescente;

con tanto sol en los costados
y nada dentro, dentro
de mis paredes grito sin soporte,
ni argumentos, ni celajes.

¿Por qué persigo el duelo
de los viejos, viejos
de impávidas mañanas?

Después de todo, amor, dolor,
quedan tus playas.



...

jueves, 5 de agosto de 2010

NO SÉ SI ES DOLOR BASTANTE

.

Adorna este mensaje
el color natural de lo sencillo:
un sobre gris, mi nombre y una fecha.

¿Cómo pueden tan pocas letras
despertar las aguas de su lecho,
herir la yema de mis ojos
y contigo en medio derramarse?

Tras la ventana asombran
los mismos ruidos
de calma detenida.

Y no ha pasado nada,

nada

Tan sólo que te has muerto, amigo, para siempre.

Te voy llorando y no sé si es bastante
para inundar de velas
lo mucho que quisimos.

Esto que abraza fuerte dentro
y aprieta y luego rompe
¿es daño suficiente para pagar
nuestras noches de labio y confidencia?

Es poco este dolor que intento.
Te lo debo más intenso, más caliente,
más airado.

Ocultaré mi rostro con luto y escayola
por maquillar así tu muerte
y dibujar la pena
que me obligo.



...

domingo, 1 de agosto de 2010

AMOR CASUAL

.
Hubo el tiempo que cubría
mis bolsillos de miradas,
tus miradas densas
-las únicas sin velo -

Yo recibía los casuales roces
de tus pechos afilados
-benditos bares tan oscuros-
como calambres de amor
en mis risueños huesos.

Y sin decir nada
-los cuerpos aprendían-
eras todo sonrisa
desde tus labios mirtos.

Entonces, yo, inocente,
preguntaba: ¿recuerdas?

Y eso bastaba.

Luego, al darte un cigarrillo o una cerveza,
nuestras manos engañaban palabras
como paseo, tardes, domingo,
o amor.

Y sabíamos que no sería.

Mas nos daba igual, pues mis dedos
se mecían rectos y galanos,
por los huecos suaves
de tu espeso afecto agradecido.

-Tu marido entretanto nos hablaba,
encantado, de su ascenso-



...

miércoles, 28 de julio de 2010

SÓLO A VECES

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Sólo a veces me anticipo con preguntas amarillas
al destierro y sólo a veces, digo,
se aparecen los rincones que nos suman
cuando invento un rictus de sonrisa entre los muertos,
-relevados de sus culpas para siempre-
y un deseo permanente de mis labios a tus labios aires.

Y sólo a veces, tantas veces como ocho,
desenredo un temporal de signos y amapolas,
su salpicado adormecer vacío
en nuestro espacio, puesta sobre tu blusa
mi cabeza caliente y golondrina.

Mas sólo a veces nacen los versos de tus mares,
y sólo algunas veces
el viento se hace rojo y nos convoca
agitando con laureles nuestros cantos, nuestra historia,
nuestros cuádruples brazos.

Y sólo a veces tanto, y sólo a veces niebla.



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viernes, 23 de julio de 2010

PAMINA Y LA NIÑA




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Y la niña dice….

¡Mi mama me mima!
Y Pamina la mima
sujetando un llanto.

Y la niña mira, mira,
ojos como platos,
¡…mi mama me ama!
a quien la ama tanto.

Y Pamina ama…
Y Pamina canta…
a su muñeca de trapo.

¡Ay Pamina, que nos quiere a todos!
De tu voz brota un aliento;
en tus entrañas, desgarros
que se tornan en palabras
revoloteando al viento.

Lo que te quise, lo que te quiero.
Si sabrás lo que te siento…

¿Por qué la vida nos alejó luego?


(nota: Este poema fue el primero que escribí y se lo dediqué a una amiga que había tenido una niña con un "problemilla". Ya sé que es ingenuo, pero le tengo un cariño especial).

lunes, 12 de julio de 2010

VENDRÁN MÁS DÍAS

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No llevo la cuenta de los que ya pasaron
pues sería restarle un grito al aire.
Tan sólo hago memoria de algunos,
los que sabes;
del resto, quedarán ocultos, perros,
empañados por la niebla, borrosos
como bultos apilados en un hueco sin remite.

No me importa demasiado ese oscuro
destino que les guardo. Tuvieron en su mano
el mirto y el laurel de las gestas cotidianas,
mas le tuvieron miedo al viento, al fuego
de las calles, a la mirada vigorosa
de las vírgenes vestales.

Merecen el destierro.

Tanto llover de días
siempre rectos me empapa la ilusión
de viejas puertas y me descubro como avaro
contador de calendarios y relojes.

Pero se que vendrán otros nuevos con sus mares
y sus cuentos,
traerán en su mochila semillas de algodón
y olor a quiero; me ofrecerán el fruto del manzano
amargo, y aquí sin Dios os juro que morderé su piel
y libaré del zumo.



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miércoles, 7 de julio de 2010

HABITACIÓN 319

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Allí aprendí que sin mirada
o palabra, nada existe.

Te llevaron un abril de las camillas
y no volviste más para quererme.

Se quedó toda tu vida en esa baba
tumoral, blanda, maldita,
abrazada a un bisturí seco y cortante.

Luego no hubo más besos,
sólo silencio acusador con ojos neutros,
y esa espera rabia, amortajada,
entre verde y camisones.

Tú no estabas aquí y era tu cuerpo
lo que ungíamos celosos,
rituales, en los meses velatorio,
alfilerado y latentes.

Cuando se hizo el dolor
de la muerte verdadera, no lloré
por tu partida:
me rompieron las maneras.



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viernes, 2 de julio de 2010

A MI PADRE (soneto imperfecto)

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Intento demostrar con poco acierto
lo mucho que te quise y mi añoranza;
tan sólo escribiré sin esperanza
versos que no amarás, pues estás muerto.

Apenas unas líneas, un boceto,
que serán de tu ausencia mi venganza
y me abriré al dolor, rota confianza,
de aquello que callé como un secreto.

Así decir que todo lo he vivido
llevándote conmigo en la memoria,
que ahora, ya mayor, te he comprendido

y asumo que vivir es vana gloria;
mas mereció la pena lo aprendido:
mi templanza corona tu victoria.



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lunes, 28 de junio de 2010

PRIMER DÍA DE ESCUELA

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Sueño y olor a pan tostado;
la calle arriba, el aire nuevo
de mi mano entre tu prisa.

Algarabía de mocos y pañuelos, ojos enormes
con el susto de lo inmenso.

Pintura fresca por las escaleras,
las filas son mil rayas como batas.
Rostros de asombro,
risas a mantequilla y entre los miedos,
miedo.

El cuaderno blanco de renglones blancos,
los lapiceros, un sacapuntas,
y la tabla del pupitre
fría bajo los muslos mudos
donde aquél tierno bosque de palotes.



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lunes, 21 de junio de 2010

ASÍ, CRECIENDO

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Me miro en esas fotos blanquiviejas
y de ellas me mira aquel niño
que yo era; sus ojos son susurros…
volviera a ver ayer si los oyera:


Si oyera lo que ví cuando crecía
sería olor a luz y risas en la piel
aquello que sintiera.
Si miro tras de mí veo la niebla
creciendo sin espera
tan adentro
que apenas son destellos que resisten
contratiempo,
espuma rota sobre restos de marea.

Es un reflejo a ruedas, sabor de sal
y sueño en vela, coche gris
durmiendo a casa en noche de cristal,
calor de hermano, boca y oreja.
Es un pasillo largo,
son brazos que me alzan a lo alto,
triciclos y fresquera, sábados de baño
¡que grande la bañera!.

Es sarampión, paseos por el Prado,
¡abuelo quiero un polo!, cacao
y porras, mañana dominguera,
misa de dos, el gorro que detesto
un lazo que me aprieta, vermú,
croquetas, pollo guisado, bombones
casi helados, tardes de fiesta, paseos
por la Elipa hasta los descampados
tan lejanos, que eran de otra Tierra.

Así, creciendo, llegamos a literas
a cuadernos de palotes, recreos
por la Luna vestida de maestra;
veranos de safari con brújula
en las manos volante de relleno
y negro coche negro americano.

Hotel de cinco estrellas ya crecidas:
Se fueron de paseo a la alameda,
acercáronse a la orilla de la playa,
(rumor de ola y barquillo)
se entraron en el mar
en busca de castillos…
…de allí partieron, viajeras.

Y aquí me quedo, que por seguir
me voy donde no quiero
pues así, creciendo, se llega
hasta la vida…
…perdidas las sorpresas.



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jueves, 17 de junio de 2010

CAÍN O EL AMOR

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I

Quisiera haber sido profeta
o martir, pero nací verdugo,
como mi padre y antes mi abuelo.

II

No hubiera alzado el brazo imperturbable
de haber vivido en Brooklyn o en Chicago.
Pero me llamo Adolfo y soy austriaco.

III

Si Dios aceptara la fuerza de mis frutos,
si Dios mirase mi sudor con más cariño
y viera de mi ojos el dolor que me provoca.
Si Dios no babease de placer con los balidos
falsos de ese felón Abel y sus borregos.

Si Dios no hubiera creado al asno tan brutal
y tan a mano puesto su quijada en mi pasión,
el mundo nada sabría de Caín

y aún menos del amor en soledad.


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sábado, 12 de junio de 2010

VERANO

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Paja, y trigo,
y olores de alfalfa
adormecida. Colores
de verano, y risa
entre las piedras de
los ríos, en el agua fría,
entre el aire nuevo
sin miedo a la sequía, tan rubio
como un sueño
tan libre y niño
como una cometa
por el alto Cielo.



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martes, 8 de junio de 2010

CUANDO ERA NIÑO SIEMPRE HABÍA UNA MONTAÑA AL FONDO

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Cuando era niño y viajaba,
siempre había una montaña al fondo,
un horizonte abrupto completo
de aguijones, una tardanza oscura,
un esperar de grises y revueltas.

Luego, el laberinto torcido en eses
como un mal nudo de corbata,
se alimentaba de mis agrios desayunos,
mientras yo, borracho experto,
me hacía amigo de todas las cunetas,
de sus hambrientos cardos

y, eterno Prometeo, donaba al suelo
mis entrañas infinitas.

Algunas veces todo fallaba:
un viejo mundo se extinguía
reventado de azules y horizonte
y estallaba una promesa ilimitada y lisa,
una geografía plana de rectas
y de mares.

Ahora, aún presiento al fondo
las montañas, y espero esa curva
secreta que me abrirá de nuevo
el cielo donde, viajero en la más larga distancia,
renacerán cunetas y mareos.



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miércoles, 2 de junio de 2010

COMO LOS DIOSES

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Como los dioses duermo todo lo prohibido
para encontrar la blanca huella oscura
donde a mi naciste,
abierta rima de labios poblada.
Apretaré los brazos
por volver adentro el blando roce
de mano vencida y anudados cuerpos.

Como los dioses sueño amor todo maldito
espiga y vientre de la misma cuna
los fieros puños firmes,
lecho doliente reñido de piernas.
Penetraré dos labios
hasta los centros nimbo del resorte
lugar de incesto y asombrados versos.

Como los dioses tiemblo.



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viernes, 28 de mayo de 2010

IFIGENIA

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¿Qué esperaban los dioses de tu muerte?
¿Y los hombres, hijos del altivo Atreo?

Y no sabías nada,
¿qué intuyen las gacelas si acecha una leona?
¿la inquieta corza escucha acaso
un silbo de saeta y bebe del manantial
creyendo que su sangre es agua fresca?

¿Así miraste a los ojos de tu padre, antes justo
del certero golpe, y te viste de flores llamada
por las vírgenes de Hades?

Espantáronse las diosas de tu ocaso,
Artemisa te llevó del brazo hasta su reino
y allí naciste viva cervatilla.

Más rieron la estulticia de los hombres,
burlaron al cobarde Agamenón
y al cornudo Menelao,
embrujaron a Odiseo, tan ladrón como astuto,
renegaron de Aquiles,
inmortal por su talón, y de todos los aqueos erectos,
como perros encelados, ante el oro
de la mágica Ilios.

“Y tuvieron su viento,
y murieron sus héroes
y vencieron su guerra,
y raptaron a Helena
-tomando venganza de Troya-
y tornaron a Hélade
para ocultar amargos
su vergüenza”



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lunes, 24 de mayo de 2010

TENGO CUARENTA Y OCHO AÑOS

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Tengo cuarenta y ocho años.

Cuando era niño o adolescente
imaginé todas mis fronteras.
Me supe atleta, navegante, inventor,
anciano amable, sabio y difuso.

Y también me sentí muerto, un muerto
hermoso y convencido.

Pero así, adulto de medianía,
rutinario, algo achacoso, padre formal,
oscuro ciudadano,

no, así no me aprendí.

Me acuerdo de mi padre, de todos los padres.
Los vi como yo ahora.
Pero ellos siempre fueron padres.
Cuando nací ya eran así,
inmutables y perfectos
como las calles, como los veranos.
Eran otra casta, el resultado natural de una vocación
o un sacrificio.

Tengo cuarenta y ocho años una esposa y dos hijos.

En la vida que inventé me dejé en blanco
estos espacios.

¿Cómo acertar con el siguiente movimiento
de esta partida ciega, si nadie nos dijo
cual era el reglamento?

Tengo cuarenta y ocho años y algo de sueño.



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miércoles, 19 de mayo de 2010

A VECES ME GUSTA TANTO LA VIDA

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A veces me gusta tanto la vida que muero en los temores
de perderla, a veces.

Y es tan así que cuando quiere abrasarme la penuria
me inundo de montañas y de nubes,
cabalgo cielos, apreso soles, me baño en viento y espirales,
sonrío lunas, dibujo estrellas, amago versos y río;
río como sólo ríen, cuando ríen, los que viven serios.

Y me quiero vivo, intenso, para escribir de amores,
de sueños y fronteras, de ayeres, de lluvias imposibles
como besos; y pienso, pienso en brazos y paseos
caminando sobre aguas que sacian, a veces,
la sed del horizonte;
y siento que estoy vivo, y vuelvo a ti,
a ti, cintura y cueva.

(Entonces, aún me gusta más y más me muero).



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miércoles, 12 de mayo de 2010

EL HOMBRE HECHO DE TULIPANES

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Siempre sospeché de su mirada,
cambiante como la niebla.
Tampoco era corriente ese perfume
matizado de Holanda y libertad.
Si preguntáis por el color de sus cabellos,
habrá quien piense gris tono cobrizo
y amarillo, o acaso azul cobalto.

De sus maneras destaco su cimbreo
a junco y espadaña, y el tacto verde picazo
en terciopelo.

Por primavera se erguía más crecido
con algo de luz en los andares
y una frescura vegetal entre los dientes.

Huyó saltando zanjas y horizontes
mientras los dueños del pudor
gritaban piedras sin modales
grabadas con un sello:

!MARICÓN!

-En mi calle se escondían asustados,
dos pétalos de fiesta
y el dueño de un suspiro-



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sábado, 8 de mayo de 2010

NIÑA DE BANGKOK

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Eras lápiz y pastel, pequeña fiera,
sonrisa y triste piel pintada
y Reina de Babel, los ojos eras…
Amargo el despertar, tempranas tus maneras.

Diez vueltas te dio el sol cuando la roja sed sorbió
tu primavera,
cuando un pámpano de hiel con su golpe te hizo vieja,
se avinagró la miel, quemó la sangre nueva…

Eras rostro en un papel, pintura al acuarela,
lágrima a tus pies, la muerte niña eras.

Niña de Bangkok, agua y palmera.



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jueves, 6 de mayo de 2010

DOLORES

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Aquí acontezco nuevo insatisfecho
tal vez dolido, hecho de barro,
sin nada que añadir
al músculo traidor, al hueso hambriento y duro.

No entiendo la mecánica crujiente,
abarquillada teoría
interna que convierte el daño
en yugo, en diente, en fiera amaestrada.

¿Tendrá todo que ver con las estrellas,
con millones de partículas flotantes,
con ayunos, con manteles, con costillas
desusadas pendientes de ciclones?

¿Tuvo que salir el pez de las mareas,
ponerse a cuatro patas,
alcanzar la Luna y luego descender
para llegar a esto,
a ser un alpinista doblegado
por el uso?

Es la vida, lo sé, cosa difícil,
extensa, inabarcable,
ambigua en su crudeza, extrema.

Pero es la mía, la única que tengo
y la tengo dormida de un dolor
que me conmueve.



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lunes, 3 de mayo de 2010

COMO LA PLASTILINA

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Recién jugaba con mis hijos
a modelar las barras blandas
de la plastilina pura, llena de colores
nuevos, con todo un universo
de formas en su espera.
Poco a poco surgieron los volúmenes,
crecieron las ciudades,
cayeron los imperios; los animales,
(lo buenos y los otros)
nacieron, atacaron y murieron
con un gesto elegante de silencio.
Y, al igual que nos sucede
con la vida y las palabras,
se fueron combinando los colores,
se mezclaron las figuras
como ideas que perdieran el brillo
inmaculado de lo entero.
Finalmente todo se quedó
en una bola de indefinible color amarronado,
tirando a mierda
que me recordó, salvando las distancias,
a la Tierra.



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jueves, 29 de abril de 2010

POR LAS ESTEPAS

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De nuevo tuve que aguardar junto a la puerta.

Hay algo en Ana que va más allá de la simple impuntualidad, algo que la retiene involuntaria frente al espejo, algo íntimo y hermoso.

Es coqueta Ana, y eso me gusta, aunque me haga esperar demasiadas veces.

Inquieto, me limité a emitir un gruñido suave, casi una súplica. La quiero demasiado para regañarla.

Al fin salimos al aire frío, a los azules suspensos, a los olores curtidos de vida que nutren el barrio. El paseo fue más largo de lo habitual. Hoy es un día distinto. Lo sé porque tuvimos que llegarnos hasta la pastelería New York. Queda más lejos, pero nadie hace las reinas de nata como ellos. Y las pastas de té.

Ana sabe que soy feliz cuando esto ocurre y me reservó la sorpresa hasta el final. El intenso almizcle de los obradores, el perfume del bizcocho, la solidez gustosa de la nata…

Inevitablemente hoy es especial: Vienen todos los que importan a comer.

Ahora entiendo su demora, más reposada que en otras ocasiones, su nerviosismo feliz, lo luminoso de su aroma.

De vuelta a casa, Ana se desliza ligera, risueña, nube, mientras susurra despaciosamente “ne me quitte pas, il faut oblier…”
y yo, a su lado, airoso y firme como un gallo.

***

La primera en presentarse es la pequeña Eva, acompañada de Fernando, su padre y exmarido de Ana.

No nos soportamos y ambos lo sabemos, aunque disimulamos lo suficiente para que la sangre no salpique. Algún día, tal vez, le tendré que recordar que ahora Ana está conmigo, sólo conmigo. Felizmente se fue enseguida.

Eva todavía tiene ocho años y mucho juego dentro, mucha curiosidad de cachorro. Siempre me sorprenden sus descaros.

Al poco llega Antonio. Trae una botella de vino, un ramo de despistes y el desenfado pausado de los años. Antonio es el padre de Ana, al decir, el abuelo de Eva. Vive solo en el destartalado y enorme piso familiar. Demasiado solo; por eso, estas pequeñas ocasiones son tan importantes para él.

Siempre lamenta la dificultad de reunir a la familia al completo, pero sabe que es imposible:

Su hija mayor, María, vive en California, soltera, lesbiana, egocéntrica. Raramente viene a España y cuando lo hace no tiene demasiado tiempo para nadie.

Luis, el único varón. Ha discutido con todos (siempre fue un celoso) y, a efectos prácticos, no existe. Además su esposa es insufrible, por lo que tampoco se les echa en falta.

Alicia, la menor, marchó a La Coruña con su pareja actual (una de tantas), y sus visitas cada vez son más espaciadas, aunque con ella todo está bien.


Tal vez por eso Ana se ha convertido en el centro involuntario de la vida familiar, especialmente desde que se separó de Fernando. Entonces yo no había aparecido aún en la historia de Ana. Ahora puedo decir, con orgullo, que soy el eje imprescindible de la familia, el equilibrio necesario.

Por fin asoma Matilde, tarde y urgente, lo que no sorprende a nadie. Es la hija mayor de Ana. A sus 20 años ya hace vida independiente. Todavía está en esa etapa en la que piensa que la familia es más bien una molestia. Supone, ingenua, que sus experiencias son maravillosamente únicas y que nadie la puede comprender. Es la arrogancia de la juventud, el siempre nuevo descubrimiento de las cosas, el ciclo interminable. Ya madurará y, entonces, su instinto la traerá de nuevo al orden de la vida.

***

La casa, ya completa, se ha envuelto de voces y emociones. Algunas nuevas y brillantes, recién despiertas como en Eva. Otras, serenas, entrañables y tiernas en los ojos de Ana o en la austera mirada de Antonio. Alguna inquieta, y fuera, y algo ausente en los labios prietos de Matilde. Pero todas cómplices, ligadas por un tenue asombro de pieles conocidas más allá de palabras, algo que se resume infinito entre los genes.

Cada uno de ellos es un árbol de la estepa, mi universo, y a todos les entrego la ración de afecto que precisan.

La amistad nacida entre Antonio y yo tiene un ritmo especial, respetuoso y lento. Sabe que soy el mejor de los oyentes y al mirarnos a los ojos, todo queda dicho sin decirnos nada.

Con frecuencia bajamos al parque y allí me habla con detallada nostalgia de otros tiempos, de su esposa muerta, de una infancia lejana; de cuando las familias eran grandes, inmutables y se agrupaban como almiares en torno del patriarca.

-“Mi padre –recuerda-, sólo necesitaba un gesto y todo se callaba. Y luego vinieron los noviazgos, las esperas. Fundamos el hogar en tiempos duros, apretados. Y fue un buen lugar para los niños, y fueron buenos años. Faltaban cosas, pero sobraba cariño. Después crecieron, comenzaron los estudios, entablaron sus batallas. Y ahora me llegó la soledad… ¿qué hicimos tan mal?”- entonces calla y mira lejos, y escucha dentro. Yo comparto entero su silencio.

Eva es mi favorita. Disfruto viéndola jugar en el parque con otros niños. Es divertido cuando Ahmed quiere tener cuatro novias, o cuando niñas y niños juegan a divorciarse y se pelean. Al final siempre ganan las niñas, pues son más resueltas. En ocasiones participo de sus guerras y soy montura y soy jumento. Y me agotan y vuelvo al tiempo de los besos y corro, corro hasta gastarme el alma.

Con Matilde tengo más distancia. La veo poco y escoge mantenerse ajena. Pero trae en la ropa y en su aire un relato de miedos, de ansias, de tantas ganas de vivir… y un fondo algo tiznado de alcohol, humo y nostalgia.

Definitivamente, Ana.

Imaginadlo todo, abarcad el cielo con los brazos y atisbaréis el rastro leve de su esencia. Hembra serena, completa, amiga. Compañera leal, sin condiciones, deliciosamente mía.

Cuando de noche, Ana, agotada, cae al sueño pronta.

Yo me tiendo a los pies de la cama y protejo su reposo. Y mientras duermo alerta, comienzan mis andanzas por la estepa. El viento, la nieve, el olor de la presa, la manada, mi fiereza. La antigua llamada de los clanes.

Soy Hans, el perro de la casa, guardián de esta familia, su muralla, y en mis dientes oculto mil aullidos.

















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(Relato ganador del XXVI certamen de relato breve bajo el lema "La familia no es lo que era" organizado por la Asociación de Mujeres del Picarral, Zaragoza)

lunes, 26 de abril de 2010

HIJOS

.
Parece que siempre ha sido así,
y nada es más lejano.

La casa entera estuvo prevenida
sabiendo que faltabais.
Los espejos os guardaban en la sombra
y asomabais a mi espalda
burlones y asombrosos sin que os viera.

Ya lloráis la tarde a cada rato
para dejar bien claro que sois la misma boca,
el mismo charco repleto de tropiezos,
la razón poderosa por vivir
de frente al barro y la llovizna.

De bálsamo y cantueso
se rinden nuestras manos,
nos babeáis las venas
con besos de plátano y yogurt,
hacéis del alfabeto una lección llena de sopas

y dos más dos serán otra vez dos
cuando os marchéis.



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viernes, 23 de abril de 2010

DEL SUR

.
Ayer volví del sur dormido y duende
con un reloj de sol en cada mano
y una sonrisa arena entre los dientes.

Allí pisamos bosques y meriendas,
tendimos tu mantel pintado a olas
abriendo un mar azul lleno de soles.

Jugamos cuatro esquinas cataratas
derramadas de risas y escondite.
Mis pies se hicieron pájaros gaviota,
en el aire aliento de las caracolas.

Ayer volé en un sur sueño y gigante.



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lunes, 19 de abril de 2010

TABIQUES

.
Me llegaron los mayos dando tumbos
sin darle paso al paso que llevaba.
Me atraganté de codos, piernas
y barullos, mientras soñaba ser más listo
que ninguno.

Me desperté con gatos negros tras los ojos
ataviados de uñas, dientes y lamidos.
Me tropezaron tres bigotes engañosos
y comprobé que el suelo estaba lejos
de mi risa.

Apresuré el camino hasta el ocaso
haciéndole carrera a lo imposible.
Allí triunfó la vida mano a mano
y me partí esta necia frente en
su tabique.



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miércoles, 14 de abril de 2010

LA PLUMA

.
Mirar su vuelo y entenderla
pelo a pelo.
Mirar de nuevo, balancín
sin hilos en el cielo,
caprichosa locura de giros
que describen mi destino
con la tinta de otros dedos.

Mirad, miradla.
Tiene su forma la curva de una burla,
como figura de coma
que detuviese en el aire
la impaciencia de una vida.

Llega al suelo blanda, enigma.

De su peso el cielo inclina,
y sin prisa se abre al miedo.



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viernes, 9 de abril de 2010

ISLA

.
Serán los días en que te verás de olas
rodeada
abiertas sin rozar tu costa viva.

Isla del volcán en los sentidos,
herida y llaga sobre la mar más fuerte;
del viento oeste retadora,
moneda y puño arrastrarán los soles
por tu melena crespa y aceituna.

Protegida de Changó
adornado con luces amarillas
te raptarán altiva encadenada
sin que puedan romper los eslabones
tejidos a la tierra negra
de las madres yoruba
tan hermosas.

Y sabrás de la muerte
esclava en tus mejillas

hasta que

triunfantes y borrachos los gemidos
se moverán al son
de tus caderas grandes de mulata.



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lunes, 5 de abril de 2010

AFASIA

.
No pidió permiso el hambre
para tomar la vez.

La palabra comer fue la primera,
después llegaron todas a su boca
una encima de otra amontonadas.

Y luego tuvo sed de caramelos.

Así secaron los cariños dulces
que decías
y te quedaste mudo
y te llegó la nada al gesto,
ausentes los verbos, tullida la lengua

y ya no tuve padre ni adjetivos,
tan sólo la presencia de tu estatua
gritándole a las cosas sin su nombre
-vaciadamente ingratas-
una maraña de miradas, silencios
y tristeza.



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lunes, 29 de marzo de 2010

FOTOGRAMAS

.
Pensamos en la vida cual película
continua de paisajes y emociones.
Jugamos a galanes o villanos,
bailamos con Scarlett entre dos luces
de salones, marchamos junto a John
-centauros sin estribos-
y huimos de la muerte en la séptima partida
por recibir el beso apasionado
de una chica en Nueva York.

Pero al montar la secuencia final
me faltan mil escenas cotidianas,
el pegamento diario y anodino
de las almas, y nada más contemplo
un sopor de viejos fotogramas rayados,
como los mil besos que escondía Totó
en su lata de galletas.

-¿Acaso has olvidado que en el cine
los actores sólo aman
cuando ordena el director?-



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viernes, 26 de marzo de 2010

SAHARA

.
Viudo vergel
del verde y de la vida,
golpe de arena,
mar de mentira sin el ruido de las olas.
Depósito de dudas entre largas dunas,
sollozo de naranjas
por el rojo día,
balcón ciego de estrellas
en las frías noches solas
desiertas de luna y brisa.



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domingo, 21 de marzo de 2010

DESCRECIENDO (alzehimer)

.
Olvidar
es un trabajo breve
fecundo en resultados.

Me aplico y sin esfuerzo
millones de lagartos devoran
con ritmo diluviano
marañas que forjaron
mis cariños, lastres
pegajosos por queridos,
molestas trazas
cerebrales de aquello
que escogí
cuando era un hombre.

Un perezoso avanza en retroceso
subiendo hasta las venas
del recuerdo, mastica y
se alimenta de golosos sustantivos,
nombres propios como hermanos
desnudándome paciente
con las brumas,
su diente abrasando mi acertijo.

Dentro de mí
renace enrabietado
un niño grande;
tras cada roto axón
me acerco al objetivo,
desconexión tenaz y programada
hasta mi nada hiriente.

A veces
las arañas se resisten
laboriosas y urden viejas
tramas que galopan
azules los destellos

-Olor que fue verano
tu beso en mi mejilla
tu rostro junto al mío
tu mano y mi extrañeza-


retazos que salpican
mientras yo, jugando al
escondite
me oculto en mi guarida
ausente de emociones.

¡¡Oh!! Retorno al niño
que no fui
descreciendo por momentos

¡¡atrás, atrás, al útero gigante!!

Vuelvo a ser como no era,
oscuro y negro eterno
como antes,
como antes de haber sido:
vacío, vacío, vacío…

¡Sentid el universo pleno!



...

miércoles, 17 de marzo de 2010

PARA TI LAS HORAS

.
Ya nunca cortaré ramo y precinto.

Para ti las horas, los diluvios,
el gato donde espero y dan los cuartos.

Como hecha de trenes caes remota,
violeta en el andén y tarde
a campanadas, abrigada de tiempo,
surtida de sorpresas
y yo en punto,
arrebatadamente suspensivo.

Así son los ensayos del estreno.

Apretados los nervios, displicentes,
de arroz y alcaravea llenábamos el rato
antes de hacer prosodia
y pronunciar los besos primos, urgidos
por palabras desveladas.

Tú pusiste la voz a nuestro espacio virgen,
yo sólo te cubrí de acentos.



...

sábado, 13 de marzo de 2010

CARTA A MI MELLIZO

.
Y fue que habilitaron jaulas
para el monstruo, al que auguraban
doble, bicéfalo, tetrápodo y brutal.

Tal vez por eso nos separaron poco.

También la bestia se alimentó voraz
con nuestros lloros, nuestras patadas,
mis arañazos a tus ojos, dos rabias
tiernas sin edad.

Después crecimos bizcos, repetidos,
anulados del yo, los dos iguales
tan distintos, los dos callados
por el eco.

No hubo singular en nuestro verbo.
Éramos juguete polimorfo, intercambiable
-doblemente divertido-

Nos amamos con ese odio fraternal
de los gemelos, sabiéndonos del todo,
sin un rincón que fuera mío,
                                                        o tuyo

-perdidos en lo nuestro-

Ahora ya muy lejos,
tuvimos que aprender a ser

                y
                              yo

-cada uno sin el otro-

Y en este nuevo cuerpo

                                    separado,

nos recordamos juntos

-y nos buscamos más-



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martes, 9 de marzo de 2010

EL MAR

.
Tras la montaña más verde,
después de la curva más larga,
por primera vez: ¡El Mar!

¡Azul, azul, azul y sólo azul!
Cielo azul sobre agua azul,
más azul que el propio azul
más azul y más grande
que todo el azul del mundo,
que todo el color del mundo.

Sobre todo eso: grande, muy grande,
más grande que mi propio mundo,
más mundo para mis ojos grandes
de niño, pintados de asombro y azul.



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sábado, 6 de marzo de 2010

Con frecuencia me preguntan qué significa tal o cual poema... y no es esa la cuestión. Lo que importa es lo que activa o despierta. Es un asunto emocional. Deberíamos hablar de "sentir". Eso es lo que intento explicar en este poema... a ver si lo he conseguido
















ALONDRA

No quieras comprenderme entero
naufragando en el centro de mi ombligo,
perseguidor de cuentos, lector ensimismado.

Silencio.
                                                  ¿Escuchas?
Es el tiempo que te doy para tomar mis versos,
                                                      ni un golpe más.

“La alondra mide vertical el vuelo
pintando un blanco recital de sol
desde su sombra a la memoria”.


Ahora siente
                                                y olvida.



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jueves, 4 de marzo de 2010

LA NAUSEA

.
Françoise lo amó con medias
y rutina
-eran de seda-.

Igual pensó Antoine mientras la odiaba
-quizás por grises, quizás por nada-
o por estar ahí .

Entraba desde dentro vaciándose en mareo,
como una perspectiva de Carrá, sin fondo
ni rostro el maniquí.

Jean-Paul decidió que era la nausea.

Nosotros paseábamos con tedio
y Montparnasse.



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viernes, 26 de febrero de 2010

HOLLÍN

.
León es rubio y ceniza,
cerveza de Praga.

También es serio,
ahora.

León cree que tiene diez años,
aunque sus ojos cuentan más.

León cuida de Arthur,
limpia las botas de Arthur,
prepara el uniforme de Arthur.

Es bueno Arthur,
y fuerte.

A los niños les gustan los hombres fuertes.

Arthur le trae golosinas por las noches,
cuando le acaricia el pelo, cuando le mira.

León no llora.
Nunca.
Las lágrimas que surcan son por el hollín.

Siempre hay hollín en Birkenau, siempre

Se lo contará a sus padres,
algún día,
algún día.

El 19 de enero de 1945
en Birkenau,
León ya no pudo llorar más

-y el aire siguió sudando hollín-



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jueves, 25 de febrero de 2010

NO SUPE



Yo conocí la mano que llenaba la mía.
Abracé al hombre alto
-era lo más alto, cuando todas
las cosas eran altas-
y entre vuelos me reí
del suelo y de las nubes.

Yo distinguía el ruido de sus pasos,
el golpe del llavín en la cerraja,
y cuando entraba la casa ya era casa,
las alcobas encogían de repente
la noche era redonda
y se cerraba, caracol, vientre, redil,
manada mansa, completa
y agrupada.

Yo conocí a mi padre siendo padre
pero no supe del hombre que encerraba.



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miércoles, 24 de febrero de 2010

LOS VELADORES

.

Te llevaré donde los veladores,
donde baila el té con sus doncellas
y se habla de las cosas.

Sabrás lo que me pasa sin arrugas
- no quiero imaginártelas-
y nos preguntaremos por fin todo.
Sólo te contaré lo bueno, el despertar sereno
de tus nietos y sus nombres, y de ella
que te dejó una flor sin conocerte.

Oirás cuánto he aprendido desde entonces,
tanto que ya sé más sobre jardines
y distingo este ramo de mármol,
este olor de cipreses
y esa lápida blanca, mía, pálida
como los veladores
donde seremos juntos y palabra.



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martes, 23 de febrero de 2010

VALLEJO Y OTROS MÁS

.


Abundan de tremor los viejos versos
los que parió Vallejo y otros más
que le nacieron de la axila al pelo.

Suspiran de ciudad y huesos muertos
húmedos de pan y lluvia y mar
y de aguaceros que empaparon lechos.

Derrotan soledad de abetos-cedro
sin pureza en faldas o laderas o mentiras
de amor subido en pechos de colegio.

Revientan mi inventar de nuevos techos
los que rompió Aragón de surreal
que no dejaron voz ni acaso suelo.



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lunes, 22 de febrero de 2010

El primer poema del blog. Una llamada a la esperanza en estos tiempos inciertos...



ESPERANZA

Porque todas las cosas se pusieron de tu parte
y eras la misma sangre alegre de las cosas,
vestida de giros y coletas.

Te aparecías tarde a todas horas, dibujada de rojo
como las catedrales, como aquellos almohadones
dormidos en amor de figurines
o el color principiante de unos labios.

Aprendí de tu nombre a ser paciente
y ángel, y cordero pascual para mi sacrificio virgen
sin unción ni muerte, ni cuchillos;
asomado al balcón donde me herías.

Y entendí que el verano no es más largo
por más que así lo quiera,
ni tu presencia inquieta está más nunca
con la mía que la Esperanza inútil
de dos líneas paralelas e infinitas.



febrero, 2010