jueves, 4 de marzo de 2010

LA NAUSEA

.
Françoise lo amó con medias
y rutina
-eran de seda-.

Igual pensó Antoine mientras la odiaba
-quizás por grises, quizás por nada-
o por estar ahí .

Entraba desde dentro vaciándose en mareo,
como una perspectiva de Carrá, sin fondo
ni rostro el maniquí.

Jean-Paul decidió que era la nausea.

Nosotros paseábamos con tedio
y Montparnasse.



...

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