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Siempre sospeché de su mirada,
cambiante como la niebla.
Tampoco era corriente ese perfume
matizado de Holanda y libertad.
Si preguntáis por el color de sus cabellos,
habrá quien piense gris tono cobrizo
y amarillo, o acaso azul cobalto.
De sus maneras destaco su cimbreo
a junco y espadaña, y el tacto verde picazo
en terciopelo.
Por primavera se erguía más crecido
con algo de luz en los andares
y una frescura vegetal entre los dientes.
Huyó saltando zanjas y horizontes
mientras los dueños del pudor
gritaban piedras sin modales
grabadas con un sello:
!MARICÓN!
-En mi calle se escondían asustados,
dos pétalos de fiesta
y el dueño de un suspiro-
...
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2 comentarios:
Un saludo pero eso de Maricon hoy en dia es politicamente incorrecto te dirian me gusto jajajaja
Es una alegría encontrarte por aquí, Kable.
Y sí, es politicamente incorrecto, como debe ser.
Saludos
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