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A veces me gusta tanto la vida que muero en los temores
de perderla, a veces.
Y es tan así que cuando quiere abrasarme la penuria
me inundo de montañas y de nubes,
cabalgo cielos, apreso soles, me baño en viento y espirales,
sonrío lunas, dibujo estrellas, amago versos y río;
río como sólo ríen, cuando ríen, los que viven serios.
Y me quiero vivo, intenso, para escribir de amores,
de sueños y fronteras, de ayeres, de lluvias imposibles
como besos; y pienso, pienso en brazos y paseos
caminando sobre aguas que sacian, a veces,
la sed del horizonte;
y siento que estoy vivo, y vuelvo a ti,
a ti, cintura y cueva.
(Entonces, aún me gusta más y más me muero).
...
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2 comentarios:
A mí me pasa lo mismo Ignacio. Debe ser una de las crísis de edad ajajaja.
A vivir que son dos días
Gracias Bletisa por tu visita. Confío en que este poema te haya animado más que el anterior.
Un beso.
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