jueves, 25 de febrero de 2010

NO SUPE



Yo conocí la mano que llenaba la mía.
Abracé al hombre alto
-era lo más alto, cuando todas
las cosas eran altas-
y entre vuelos me reí
del suelo y de las nubes.

Yo distinguía el ruido de sus pasos,
el golpe del llavín en la cerraja,
y cuando entraba la casa ya era casa,
las alcobas encogían de repente
la noche era redonda
y se cerraba, caracol, vientre, redil,
manada mansa, completa
y agrupada.

Yo conocí a mi padre siendo padre
pero no supe del hombre que encerraba.



...

3 comentarios:

Maria Lua dijo...

Yo conocí a mi padre siendo padre
pero no supe del hombre que encerraba.

Amigo, yo conocí a mi padre siendo
padre y como hombre...
Tu poema me llega al corazón...
Un beso,Ignacio, con cariño
Maria Lua

Laurel Rosa dijo...

Le agradezco infinitamente
haber subido su poema.
Me recordó algo de lo
que escribí:

Madre, mujer, madre:
De tu dolor aprendí
el entusiasmo del topo.
Ahora los recuerdos tristes caen
como un vidrio de colores contra el suelo.

Madre, al ver tu alegría
centellante en mi poema:
he sido yo la nostalgia.

Mi más sincero saludos desde Perú.
Éxitos.

Laurel Rosa

VICTOR VERGARA dijo...

Por causas puramente, esta revelación se nos es dada demasiado tarde -o quizá en su momento preciso, quién sabe- Pero se nos da con toda su dulzura, para que la conservemos para siempre.

Un placer pasar por tu blog, Ignacio.