jueves, 15 de enero de 2015

Pues sí, resulta que hoy es mi cumpleaños. Os vuelvo a poner un poema que escribí cuando cumplí 48. Ahora tengo alguno más... pero no recuerdo cuantos.












Tengo cuarenta y ocho años

Cuando era niño o adolescente
imaginé todas mis fronteras.
Me supe atleta, navegante, inventor,
anciano amable, sabio y difuso.

Y también me sentí muerto, un muerto
hermoso y convencido.

Pero así, adulto de medianía,
rutinario, algo achacoso, padre formal,
oscuro ciudadano,

no, así no me aprendí.

Me acuerdo de mi padre, de todos los padres.
Los vi como yo ahora.
Pero ellos siempre fueron padres.
Cuando nací ya eran así,
inmutables y perfectos
como las calles, como los veranos.
Eran otra casta, el resultado natural de una vocación
o un sacrificio.

Tengo cuarenta y ocho años una esposa y dos hijos.

En la vida que inventé me dejé en blanco
estos espacios.

¿Cómo acertar con el siguiente movimiento
de esta partida ciega, si nadie nos dijo
cual era el reglamento?

Tengo cuarenta y ocho años y algo de sueño.



...

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